Sus coloridos plumajes y sus cantos melodiosos, despertaron en Álvaro Rivera Durán una particular fascinación por las aves.
Cuando tenía 12 años, su primera mascota fue un canario y desde entonces su quehacer diario no ha dejado de contrastar con el canto incesante de este emplumado tenor.
Desde 1987 convive con el bullicio de más de 15 canarios criollos y canarios timbrado español que tiene en el criadero del patio de su casa ubicada en el barrio San Isidro.
Con su refinado oído, alcanza a identificar los mejores tonos y los cantos más sofisticados que los canarios maestros enseñarán a los jóvenes discípulos.
'‘Tri, tri, tri’, así más o menos es el canto de un canario que está aprendiendo a entonar', asegura Álvaro quien admite no saber de dónde provino esa pasión por las aves, a quienes trata con tal entrega que le permite reconocer en cada uno de ellos cualidades y particularidades que los hacen especiales.
Aunque no vive económicamente de este trabajo, pues se dedica al ejercicio de su profesión de Economista, el criadero es para Álvaro una importante razón de lucha diaria.
'Los canarios son para mí como unos hijos, tanto que siempre que salgo con mi esposa a hacer mercado, lo único que tomo en cuenta es el alimento para mis pájaros', cuenta Rivera quien es secretario de la Asociación Ornitológica del Caribe, de la que hacen parte 300 canaricultores asociados.
Entrenamiento para cantores
Cuando los pichones nacen, pasan aproximadamente 60 días antes de estar listos para el entrenamiento. 'Ellos son como los niños cuando empiezan a hablar; unos lo hacen más rápido que otros. Por lo general tardan tres meses para que emitan sus primeros sonidos pero algunos lo hacen a sus dos meses', señaló Rivera.
El oficio que congrega desde médicos hasta obreros, busca la cría de canarios de canto y obliga a un promedio de dos a tres horas diarias de dedicación para mantener principalmente el cuidado, el aseo y una alimentación especial a base de verduras, semillas y vitaminas.
Parte de la tarea también incluye amansar al canario. Según Rivera, esta es la razón por la que muchas personas lo llevan consigo a donde van, sea en bicicleta, motocicleta o bus.