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Dejar a la familia, a los amigos, a su ciudad; altos costos o miedo a un país desconocido, son algunas de las razones por las cuales muchos de los estudiantes no se animan a participar en un intercambio estudiantil. Pero quienes lo han hecho aseguran que todos esos sacrificios valen la pena.

Tal es el caso de Natasha Cachinski, estudiante del programa de Química y Farmacia de la Universidad del Atlántico, quien el pasado año cursó un semestre de su carrera en la Universidad Federal de Goiás en la ciudad de Goiânia de Brasil.

Para Cachinski, de 21 años y quien reside en el barrio San José, la experiencia cultural y académica fue enriquecedora.

'Me fui a finales de febrero a cursar el noveno semestre y regresé en agosto. Tuve esta oportunidad gracias a un beca parcial de la universidad, quien se encargó de costear el pasaje ida y vuelta, como también el pago de la matrícula y el seguro de salud', contó

Afirma que dominar el portugués, también fue una gran ventaja; aunque esto no es un requisito imprescindible a la hora de aplicar.

Por lo general, los estudiantes de intercambio académico deben cubrir su hospedaje y alimentación. 'Antes de irme a Brasil, debí conseguir un sitio donde llegar. En promedio gastaba $ 270 mil en arriendo con servicios incluidos y $ 150 mil en alimentación', dijo la estudiante.

A través de Aiesec, una organización que ofrece intercambios internacionales de carácter social y profesional, actualmente existen 2.200 voluntarios en diferentes ciudades del país incluyendo Barranquilla donde se encuentran 56 miembros.

Sebastián Butrón Arango, presidente de Aiesec en Uninorte explicó que durante el pasado año, 165 estudiantes salieron del país a impactar las realidades sociales de diferentes ciudades como México, Argentina, Brasil, y en general dentro de América Latina.

Así mismo llegaron a Barranquilla 303 jóvenes provenientes de Brasil, Perú, Alemania, Argentina, República Checa, México, entre otros.

'Los destinos a los que más suelen ir los jóvenes son los países ubicados dentro de Latinoamérica y los perfiles profesionales son: administración de empresas, negocios internacionales, administración de negocios e ingeniería industrial', contó Butrón Arango.

De acuerdo con la Oficina de Relaciones Interinstitucionales e Internacionales de Uniatlántico, el pasado año, un total de 76 estudiantes hicieron intercambio en países como Brasil, México, Alemania y Argentina. En su mayoría, cursan carreras de Ingeniería, Mecánica, Química, y Arquitectura.

Y a su vez, la universidad recibió a 70 estudiantes extranjeros que en su mayoría provienen de Alemania y México.

'En el caso de los mexicanos la mayoría cursan programas de Arquitectura y Educación y en el caso de los alemanes estudian Sociología y Derecho', contó Diana Restrepo, jefe de dicha oficina tras asegurar que eligen Barranquilla por el tema de la multiculturalidad.

'Los barranquilleros son muy abiertos con los extranjeros y eso ha generado un aumento de estudiantes que eligen esta ciudad para su intercambio', añadió.

En esto coincide Irving Pérez Santiago, un mexicano de 23 años, que llegó hace 15 días a Barranquilla de intercambio en la Universidad del Norte. Él es estudiante de derecho en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

'La gente de Barranquilla es demasiado amable. Sin embargo, aún estoy adaptándome porque el nivel académico de la universidad es muy alto y la gente es muy preparada. Yo elegí un intercambio internacional porque te permite expandir tu nivel académico y cultural', mencionó Pérez.

Ser estudiante de intercambio

Tanto Irving Pérez como Natasha Cachinski, se enteraron del programa de intercambio académico a través de sus universidades.

'Me dieron una lista de universidades; investigué y encontré que Barranquilla y Chile estaban las mejores universidades para estudiar Derecho. Al final me decidí a venir a esta ciudad porque cumple con todas mis expectativas', apuntó Pérez.

Por lo general, el estudiante debe cubrir los costos de pasajes ida y regreso; alojamiento y manutención, seguro médico, costos de visa y permiso de residencia. El intercambio es por 1 o 2 semestres máximo.

'En México, fue monitoreado por un asesor de la universidad acá en Barranquilla. Inicie el proceso el 20 de noviembre y llegué acá el pasado 14 de enero', mencionó Irving Pérez.

En el caso de aplicar a través de Aiesec, el proceso para tomar cualquiera de estos intercambios inicia con una cita en el comité que se encuentre en la ciudad donde esté la persona.

Luego de la primera cita, el estudiante procede a aplicar al proyecto de su interés, para lo cual lo contactarán desde el comité donde se desarrolla el proyecto para realizarle una entrevista.

'Una vez la persona es aceptada por el comité que lo va a recibir y por el comité que lo mandará, se procede a realizar los respectivos pagos y los procesos legales de visado; así como también la auditoria de los documentos', señaló el presidente de Aiesec.