Compartir:

Si me llego a morir mañana, se pierde la memoria histórica de Campeche'. Así imagina Jonis Guzmán, bibliotecario de la única librería pública de este corregimiento de Baranoa (Atlántico) el futuro inmediato del pueblo en caso de que llegue a partir para siempre.

Y es que el hombre de 56 años y 1,65 metros de estatura se ha dedicado desde sus 26 años a documentar a través de las parroquias, casas de archivo, registradurías, y notarías, e investigar con otras fuentes cercanas para convertirse en historiador, esa pasión que le nació preguntándoles a sus abuelos por los antepasados, hasta construir el árbol genealógico de su familia y el de su población, originaria desde 1872.

Trabajo constante

Se describe como un bibliotecario '24 horas, 7 días' pues hasta su casa van a parar los muchachos de la población para preguntarle detalles de la historia, a pesar de que la librería pública funciona de lunes a sábado, de 8:00 a.m. a 12:00 p.m. y de 2:00 de la tarde a 5:30 p.m.

'Hasta los domingos van a la casa a consultarme. Mi mujer se incomoda, pero yo le digo que tengo un compromiso social con la comunidad de Campeche, donde yo estoy para ofrecer mis servicios, que es algo que me apasiona y para lo que me he preparado', manifiesta.

Sin embargo, el hombre, con cuatro hijos y tres nietas, no descuida su rol paternal en la familia mientras disfruta de sus ratos de descanso. También comparte con sus amigos y visita otros pueblos vecinos.

'Me dedico a mi familia, a mis amistades. Si el hombre -señala al vigilante veterano de la biblioteca- está descansando, lo visito, nos tomamos unos traguitos en la casa de él. Voy a Baranoa, voy a Sabanalarga', comenta.

Precisamente, cuenta que en esas reuniones sociales le es difícil dejar a un lado cualquier comentario que tenga que ver con la historia. Eso sí, de acuerdo a la época del año.

'Formamos una tertulia, hablamos y discutimos sobre los carnavales, sobre la Semana Santa, por dar unos ejemplos. Pero todo lo que hablamos es de 50 años atrás y ya a lo último de la conversación tocamos temas de actualidad', dice.

Libros para todos

En la biblioteca pública que administra Jonis Guzmán y que cuenta con una red de internet, se presta frecuentemente el servicio de libros para niños de siete años en adelante, a los estudiantes de Campeche y adultos de la tercera edad, quienes a diario consultan por los temas de actualidad, como los acuerdos de paz y restitución de tierras.

'No permitimos el ingreso a las redes sociales. No lo prohíbo, pero sí lo controlo, porque después se me envician. De todas maneras, el 99% viene a hacer sus tareas', sentencia.

Sin embargo, al bibliotecario de Campeche le preocupa que solo dos personas sean los visitantes fijos del recinto. Uno de ellos es un alumno del colegio Agropecuario, quien obtuvo las mejores calificaciones de las Pruebas Saber en el corregimiento.

Por lo anterior, la Alcaldía de Baranoa ha distribuido a un colectivo de promotores de lectura por los barrios, las escuelas, puestos de salud y redes sociales, donde invitan a personas desde la primera infancia a despertar el interés de leer.

'Estos libros provienen de Bogotá y otros municipios del Atlántico. Consiguen a muchos lectores, porque están pendientes, asesoran y supervisan al momento de la lectura', indica.

Otras temáticas apetecidas en la biblioteca por los usuarios son sobre jurídica, química y biología.

Finalmente, Jonis Guzmán, bibliotecario, historiador y paleógrafo tiene entre sus metas producir ocho mil copias de su último libro: una reseña histórica y religiosa de Campeche.

'El objetivo de este libro es que la gente de Campeche conozca su historia, qué hubo durante un lapso de 100 años de historia eclesiástica', explica Guzmán.

La historia de campeche

'El origen de Campeche es muy bonito, en el que se conoce que los combates que hubo en Baranoa a causa de unas elecciones entre 1872 y 1873 salieron huyendo un grupo de personas y se asentaron alrededor de una ciénaga. Más tarde llegó proveniente de Usiacurí un mexicano llamado Francisco Javier Soler, quien nombró Campeche a este pueblo', narra.

El mexicano Soler nació en Campeche, uno de los 31 estados del país norteamericano, fundado en 1863. Y según Jonis Guzmán, viene de una palabra maya que traduce lugar de serpientes y garrapatas.

'Yendo a Barranquilla, a mano derecha de la carretera están las culebras cascabel y del otro lado están las serpientes guarda caminos, entre otras. Y también se encontraban unas garrapatas, entonces sí coincide el nombre', apunta.

Este miércoles, en la biblioteca de Campeche, Guzmán recibió la visita de un campechano mexicano, quien le confesó las similitudes entre la ciudad del extranjero y el corregimiento, tales como la alta temperatura, la sandía y la palangana.

Raza blanca y mestiza

Con una población estimada de 12.000 habitantes, los campechanos se identifican por ser gente amigable, y hospitalaria con los foráneos.

Además del Festival de la ciruela, fruta que se cosecha en marzo, que contiene una serie de derivados, y motivo de exportación gracias a su calidad, se destaca también el ambiente pacífico.

Es así como Guzmán Torres recuerda que desde hace seis años no se registra un caso de homicidio en este territorio, gracias a la convivencia entre la comunidad, quien se conoce completamente, sin discriminar edad o lugar de residencia.

La última vez que Campeche ocupó las páginas judiciales de los medios fue en noviembre de 2012, cuando fue asesinado un comerciante sabanalarguero, quien fue enterrado en el patio de una humilde vivienda, presuntamente, por una mujer con la que vivía.

El breve paso de Simón Bolívar por el departamento del Atlántico

Guzmán, el bibliotecario de Campeche, tiene respuesta para todo tipo de consultas. Y hablar de los héroes de la patria no es inconveniente para él.

De las pocas consultas que recibe con respecto al tema de los próceres, el nombre completo de Simón Bolívar es una de ellos.

'Siempre llegan a preguntarme, por ejemplo, por el nombre de Simón Bolívar, que es muy largo: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacio. Tuvo un paso muy corto. Venía de Cartagena y, como los caminos eran muy estrechos, cogió Turbaco, llegó a Sabanalarga, siguió por Polo Nuevo, Soledad y Barranquilla', destaca.

El historiador hace una pausa y se detiene a detallar otra de las curiosidades que tuvo la estadía del ‘Libertador’ por la costa norte colombiana.

'Comentamos algunos historiadores que fue en Soledad donde él comenzó a escribir el testamento. De ahí ya iba enfermo, entró al departamento del Atlántico ya cansado. Llegó a Barranquilla y de Barranquilla terminó en la Quinta de San Pedro Alejandrino, donde murió', dice.

Tras hablar de Bolívar, el historiador también destaca al general Juan José Nieto, quien nació en Baranoa y se convirtió en primer presidente afrodescendiente de Colombia en 1861. 'Él se autoproclama presidente, porque el titular estaba enfermo. Duró tres meses'.

Carreto, corregimiento de Candelaria que nació como una hacienda

A Jonis Guzmán le apasiona hablar de historia y se anima cuando se trata de los pueblos ubicados en el Atlántico. De hecho, su pareja le cuestiona que hasta los domingos interrumpe su descanso para recibir a jóvenes que necesitan de sus servicios.

No deja de rebuscar documentos y descubrir hechos que tiempos atrás dieron impulso para el nacimiento de una población, como la de Carreto, corregimiento de Candelaria, que nació por la compra de una hacienda por un valor de 160 pesos por parte de un español, que después la vendió en 1611 con ganado y esclavos a Ortiz de la Massa.

'Encontré unos documentos de la fundación de Carreto, o San José de Carreto. En 1581 fue fundada la hacienda con el mismo nombre por don Diego de Aragón, un español que vivía en Cartagena de Indias. Son documentos inéditos que ahora me encuentro traduciendo, porque están escritos en paleografía', explica.

Este tipo de archivos le dan la confianza y potestad al bibliotecario para corregir los errores que antes se cometían al momento de mencionar al pueblo por sus propios habitantes, según manifiesta.

'Este reciente descubrimiento me da alegría, porque así está la posibilidad de que los habitantes conozcan su historia. Antes tenían dizque San José de Carretales, y yo corregí eso, ya que es de Carreto', sentencia.