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Nuevamente la erosión costera sigue haciendo presencia en el kilómetro 19 de la vía Barranquilla – Ciénaga. El pasado sábado el oleaje golpeó sobre el talud, socavando más de dos metros de la berma de la carretera, lo que representa una amenaza para la movilización por esta arteria que comunica a la costa norte con el centro del país.

Debido a esto, el concesionario de la vía, Ruta del Sol 2, puso ayer aproximadamente 80 metros cúbicos arena y piedra rajona para mitigar la erosión en ese lugar. Sin embargo, los gobernadores de Atlántico y Magdalena dijeron que estos son 'pañitos de agua tibia' debido a que la erosión, a este ritmo, continuará hasta Bocas de Cenizas, mientras que la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) no entrega el diagnostico de alternativas ambientales de la APP doble Calzada Ciénaga – Barranquilla, que incluye los temas de erosión costera de los kilómetros 19 y 18.

En septiembre del 2017 el Ministerio del Ambiente hizo el anuncio de que la Anla entregaría en diciembre del mismo año el concepto. Pero este, no se dio finalmente.

Posteriormente, el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, dijo que luego de Semana Santa se definiría el tema de la licencia ambiental, pero tres semanas después las entidades involucradas en el asunto no se han pronunciado aún.

El problema de la erosión costera en el km 19 se hizo visible desde el año 2008, cuando se planteó como primera solución la instalación de barreras sumergibles, ubicadas a 70 metros de la orilla, sin embargo, años más tarde la urgencia se hizo nuevamente manifiesta y se optó por la colocación de megabolsas, solución que no fue efectiva. Posteriormente vino el enrocado que ha sido el que más ha contenido la arremetida del mar, pero que hoy ya empieza a ser vulnerable.

Presencia en el lugar

La gobernadora del Magdalena, Rosa Cotes, se desplazó ayer al km 19, sitio más crítico, y desde ese punto señaló estar preocupada al ver que cada día el mar se quiere tragar la carretera y no ve soluciones de fondo.

'Desde que empecé mi administración se hizo el sistema de protección, que es el enrocado, y que mitigado la erosión costera, pero lo que hay que buscar es una solución definitiva con el Gobierno nacional', anotó Cotes.

La gobernadora, que fue en compañía de varios congresistas y diputados del Magdalena, anunció que por la gravedad medioambiental y vial que atraviesa el departamento con el deterioro de la berma de la carretera en el km 19, dijo que tiene pensado solicitar al Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de desastres, la declaración de calamidad pública, dada la prioridad del suceso.

Por su parte, el gobernador Eduardo Verano sostuvo que la situación cada vez es más grave y le preocupa la circulación por la vía, que cada vez será con mayor peligro.

'Se seguirá socavando por la misma dinámica que tiene el océano y que arrastra esa sedimentación hasta Bocas de Ceniza, provocando problemas en el canal de acceso al Puerto de Barranquilla', señaló Verano.

Reunión

Fuentes del Gobierno Nacional le dijeron a EL HERALDO que hoy se reunirán en la sede del Ministerio de Ambiente el titular de esa cartera, Luis Gilberto Murillo; el ministro de Transporte, Germán Cardona; la directora de Parques Nacionales Naturales, Julia Miranda, la gobernadora del Magdalena, Rosa Cotes y el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, para analizar el futuro ambiental de la vía Barranquilla-Ciénaga.

Entre tanto, ayer, sostuvieron un encuentro previo el ministro Murillo y la directora de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, Claudia González, frente al hecho de que la licencia ambiental de la obra está detenida por unos estudios técnicos que al respecto hicieron Parques Nacionales Naturales y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, Invemar.

Según los expertos, los requisitos ambientales elevarían el costo de la obra de $500 mil millones a $1 billón, y el Ejecutivo se ha comprometido con que la vía será amigable con el medio ambiente.

La vía consiste en una doble calzada, tomando 2,75 metros de lado y lado, es decir, de la costa marina y de la línea adyacente a la Ciénaga Grande. Y se establecería que en los puntos críticos por la erosión, como son los kilómetros 19 y 28, la carretera se corra 500 metros hacía la Ciénaga con el propósito de evitar la erosión costera que dañaría el proyecto.