Desesperada dice estar la comunidad de la Institución Educativa Distrital José Consuegra Higgins, del barrio Santo Domingo, después de que el pasado lunes quedaran sin el servicio de energía eléctrica por la explosión del transformador que alimenta exclusivamente a esta escuela.
Por el incidente y por no atrasar el cronograma de actividades académicas del año escolar, la dirección del colegio decidió continuar dictando clases, pese a la incomodidad, pero no en su jornada completa.
Esto significa que la jornada matinal solo cumple con sus estudios hasta las 9:30 a.m., mientras que los alumnos del horario vespertino asisten hasta las 4:00 p.m. Entre tanto, los estudiantes de la nocturna tienen suspendidas las clases hasta superar la problemática.
Sin embargo, el esfuerzo por continuar las actividades se ha dificultado por las altas temperaturas al interior de los salones y la oscuridad de estos, debido a que no están diseñados para que entre luz natural durante el día.
Lo anterior ha provocado inconvenientes en la salud de los estudiantes, según manifestó ayer el coordinador académico de la institución de primaria y secundaria, Germán Ariza.
'Cuando el calor ya se hace insoportable, nos vemos en la necesidad de soltar a los jóvenes. Hemos tenido niños que se nos han desmayado', aseguró el funcionario del plantel educativo, que tiene matriculados a 2.030 estudiantes.
Alimentos dañados
La situación se agravó este jueves cuando amanecieron aproximadamente 20 libras de frutas dañadas, así como la descomposición de verduras, que se iban a utilizar para el almuerzo del grupo estudiantil, de acuerdo a las declaraciones de la coordinadora del comedor escolar, Noris Rocha.
'Se dañó el tomate de árbol, el pepino, el tomate para la salsa, la habichuela, que son los alimentos que más necesitan refrigeración', sostuvo.
Pico y placa a alumnos
Al frente del inmueble donde actualmente funciona el colegio José Consuegra Higgins se levantó un edificio de dos a tres plantas por parte de la Secretaría de Educación del Distrito de Barranquilla, que se convertirá en la nueva sede del instituto en mención.
Aunque la obra debió ser entregada el pasado 12 de abril, el acto se aplazó porque aún falta conectar el alcantarillado, la activación de la subestación eléctrica y los acabados, según dio a conocer el coordinador del colegio.
Mientras tanto, se alquilaron tres casas en el sector y en cada una recibían clases un centenar de estudiantes. Sin embargo, la inseguridad los obligó junto a los profesores a trasladarse a la sede original, donde el espacio se quedó corto.
Como consecuencia debieron aplicar el ‘pico y placa’, que consiste en turnar los grupos para que unos días asistan a clases y otros días queden en casa. Por ejemplo, los nueve grupos de 6° y 7° van los lunes y los 14 de 8° a 11 van los martes, y así sucesivamente.
Por su parte, Bibiana Rincón, secretaria de Educación, aseguró que el tema de electricidad será superado 'a más tardar el sábado', mientras que el nuevo edificio sería entregado en 20 días.
Reclaman nueva sede
La comunidad del Instituto Educativo Distrital del Desarrollo Humano y Distrital del Caribe, en el barrio San Francisco, sigue a la espera de la nueva edificación que le prometió la Secretaría de Educación hace dos años, cuando fue incluida en la lista de instituciones a intervenir, según dijo el rector Octavio Ospino. 'Desde hace ocho años hemos estado atrás de esta administración, pero no hemos tenido eco. Solo hemos recibido promesas', sostuvo el director.
Una pared en mal estado, baterías sanitarias insuficientes y la filtración de agua son las preocupaciones de docentes y los 648 estudiantes matriculados. Al respecto, la secretaria de Educación dijo que finalmente 'no fue viabilizada la institución, en vista de que el predio tiene afectación por líneas de alta tensión'. Sin embargo, en 2017 se remodelaron dos aulas, un laboratorio y la dotación de los salones con 200 sillas unipersonales.
Bibiana Rincón agregó que hoy 'se dispondrá de un personal para realizar una jornada de limpieza dentro de las zonas afectadas'.
