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Para Luismer Buelvas Cifuentes, un barranquillero radicado en Guatemala desde hace cuatro años, la lluvia de cenizas que alcanzó este domingo hasta la capital de este país, fue una escena 'normal'.

Sin embargo, aquel fenómeno que duró cerca de 50 minutos y que tenía como epicentro la ciudad de Escuintla, ubicada a una hora y 37 minutos de distancia de su lugar de residencia, le creó sospecha.

'Yo estaba en mi trabajo cuando de pronto el cielo se oscureció y empezó a serenar arena volcánica. Simplemente pensé que era algo común porque los movimientos volcánicos son normales en Guatemala', relató en dialogo con EL HERALDO.

Sin embargo, las noticias en televisión le alertaron de lo que estaba sucediendo.

Las imágenes y vídeos daban cuenta de la violenta erupción del volcán de Fuego con columnas de cenizas que superaban los 6.000 metros de altura.

'Me enteré a las 6:00 de la tarde de lo que había pasado. Es primera vez que vivo algo así. Las autoridades empezaron a moverse hacia Escuintla y por redes sociales se inició una campaña de recolección de alimentos, ropa y medicinas', relató Buelvas, quien labora como animador de eventos.

Admite que aunque él ni su familia sufrieron los estragos de la erupción, no dejó de sentir pánico por lo sucedido. 'Me asusté mucho porque no pensé que fuera tan grave. Fue muy extraño para mí pero agradezco a Dios que no nos pasó nada'.

La potencia de la erupción y la lluvia de ceniza que se dispersó por varias ciudades, provocó también el cierre del aeropuerto internacional de la capital guatemalteca.