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Cae la noche y con esta el ambiente festivo, los negocios de comidas se alistan para hacer su mayor venta de la jornada y los comensales se preparan para dar gusto a su paladar.

Los ‘tentáculos’ de algunos de estos establecimientos, representados en mesas y sillas, se extienden hasta el espacio público y con ello aparecen las molestias de muchos transeúntes, quienes les toca bajarse a la vía por no tener libre la zona para movilizarse, exponiendo así sus vidas ante un accidente.

Las nuevas obras civiles realizadas en Barranquilla como el Par Vial de la 50,  la calle 79, la calle 84 y la carrera 46, han sido objeto de ampliación de plazas de comidas o salas de espera por parte de propietarios de negocios, quienes en la mayoría de los casos sin autorización de los entes reguladores cometen esta ocupación que termina reduciendo la zona peatonal e impactando la visual del proyecto de urbanismo.

En un recorrido nocturno EL HERALDO ha encontrado sobre la carrera 50 con las calles 53, 53B, 49, 45 y 46 al menos siete negocios de comidas rápidas, estaderos y hasta barberías.

Erminia Arteaga es una de las comerciantes de este sector y lleva cinco meses en el negocio de venta de chuzos y arepas. Con su asador, mesa y dos sillas, de viernes a domingo, se ubica en la esquina de la calle 46 con 50.

Reconoce que el espacio que está ocupando es prohibido por considerarse zona peatonal y al servicio de los transeúntes, sin embargo sostiene que su estadía es momentánea porque piensa dentro de poco formalizarse en un local comercial.

'Yo saco el negocio de 6:00 de la tarde a 9:00 de la noche. A veces me va bien otras veces no tanto, en promedio los fines de semana se gana uno $150.000', asegura Artega, mientras atiende a un cliente.

Artega asegura que no ha tenido ningún inconveniente con las autoridades que regulan el espacio público en la ciudad. Dice que ubica su negocio de tal manera que no cause traumatismos en la movilidad de los transeúntes.