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A pocas horas de celebrar su aniversario 39, un ambiente de alegría rodea a Siete de Agosto, el barrio ubicado en el Suroccidente de Barranquilla, donde habitan 24.337 personas que destacan la unión de la comunidad para luchar contra la inseguridad y pedir a una sola voz un parque para la recreación de los menores.

Está rodeado en la calle 100 por La Paz, en la calle 94 por Ciudad Modesto, en la carrera 9L por Evaristo Sourdís, y en la carrera 9M por Los Rosales. Es conformada por 12 manzanas en las que se han levantado 846 apartamentos y 3.398 casas, incluyendo las de madera que se conservan desde el nacimiento del barrio.

Según relata Liliana Mendoza, quien vive en la calle 99E con la carrera 10, los inicios del vecindario comprenden desde el 7 de agosto de 1979, cuando un conjunto de personas decidieron invadir un terreno baldío sobre esta zona de la ciudad.

'Esa vez que se tomó este barrio, podemos decir que fue una batalla que se luchó para poder obtenerlo. Fueron tantas las adversidades para que este barrio sea lo que es hoy en día', recuerda la mujer de 33 años mientras se escucha en el fondo un vallenato de antaño proveniente de un amplificador de sonido.

Desde entonces, esa invasión se convirtió en la población estrato uno que superó la barrera de los 20 mil habitantes viviendo en calles angostas y llenas de arena. Sin embargo, este último detalle quedó en el pasado hasta hace siete meses, con la pavimentación de 13 tramos viales equivalentes a 1.867 metros lineales.

Esto lo destaca la artesana Marisol Ojeda, quien recuerda las dificultades por las que atravesaba cada vez que el lodo se apoderaba de su cuadra, en la carrera 12A con la calle 99B, tras un día de lluvia.

'El barro impedía que camináramos con comodidad, y si no era por la humedad, entonces nos tropezábamos con las piedras que habían en el camino. Ahora la calidad de vida de nosotros ha mejorado, los taxis ingresan hasta el frente de la casa', sostiene Ojeda con un tono de orgullo.