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Juan José Nieto Gil revivió en la escena política nacional. No es que se nombre mucho, pero constituye un éxito que salga del total anonimato.

Recordarlo es un acto de justicia histórica con la Región Caribe y con las ideas que promueven la regionalización como alternativa democrática de organización del poder político en Colombia. 

Ese poder político en la actualidad y, desde 1886, está concentrado en el Presidencialismo y órganos centralistas. Juan José Nieto había permanecido en las tinieblas del olvido, resultado de un plan del centralismo que gobierna el país con el modelo de Estado unitario, palabra que esconde que el poder solo beneficie unas élites que gobiernan y administran la cosa pública a espaldas de una nación cuya principal característica es ser un país de regiones. 

Juan José Nieto vuelve a ser tema nacional. No muy visible todavía, pero su noble y culta personalidad política y literaria lo hizo sobresalir. 

Mejor aún, la lucha por la regionalización promueve que la figura política de Juan José Nieto vuelva a salir a la luz y abandone el sitio de tinieblas en el que fue condenado por más de un siglo. La causa de esa condena no es otra que la de recordar que él fue el precursor de la lucha por el federalismo y el fortalecimiento de la unidad de la nación a partir de un modelo de Estado que le permitiera a cada región autogobernarse y no ser dependiente de las frías élites andinas. 

Autonomía como modelo de gobierno democrático moderno fue su lema político. Autonomía como forma institucional de garantizar la libertad y la igualdad política fueron sus consignas.  

Sin la reconstrucción de la lucha por la regionalización expresada en la Carta Política de 1991, el Voto Caribe de 2010 y la continuación de la lucha por la autonomía de la Región Caribe no existe dudas de que de Nieto Gil no se hubiese vuelto a hablar.

Bien lo recuerda el ex vicepresidente y ex gobernador del Atlántico, Gustavo Bell Lemus, en el prólogo del libro Juan José Nieto. Un Caribe Integral: 'A mi juicio, el mensaje de Nieto contiene los principios fundacionales del regionalismo costeño, que hoy guardan una absoluta vigencia'.