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Un espacio que mezcla sus aspectos antiguos con el modernismo son características que destacan los habitantes del barrio Modelo, en el que utilizan como fortaleza la unión de la misma comunidad para erradicar la inseguridad del sector, una problemática que los agobia, según las declaraciones que brindan.

Es un área de 31 manzanas en el que se han levantado 768 inmuebles, entre casas y apartamentos, ubicado en la localidad Norte Centro Histórico de Barranquilla, el cual empezó a urbanizarse en agosto de 1943, gracias al antiguo Instituto de Crédito Territorial (ICT) que rentó viviendas hasta por $80 en ese entonces.

Después de 75 años de ser fundado, el barrio está habitado por 3.579 personas de estratos tres y cuatro, quienes conviven desde la carrera 62 hasta la Vía 40, entre la calle 48 hasta la calle 58, colindando con los barrios Montecristo, Santa Ana y Bellavista.

Precisamente dos de sus habitantes recuerdan que antes de que el ICT llegara a urbanizar el terreno esta era una zona ocupada por fuentes hídricas que conectaban con el río Magdalena y en la que sembraban hortalizas y pastaban las reses.

'Estos terrenos no eran pantanos, eran pozos hídricos, por eso es que se ve tanta arborización y zonas reverdecidas. Ahora hay agua debajo de este terreno', manifiesta Iván Pinillos, quien nació hace 52 años en el barrio Modelo.

De acuerdo con las declaraciones de este estudiante de Derecho, la urbanización lleva bien puesto su nombre, el cual está arraigado con la historia de los primeros barrios de Barranquilla, como San Roque, y su cercanía con las empresas industriales de la capital del Atlántico.

'Este barrio en su momento se llamaba barrio Popular Modelo, porque fue como el modelo de las casas que el Estado hizo para las personas que no tenían recursos para adquirir casas en El Prado o San Roque. Y sus primeros pobladores fueron los empleados de la Alcaldía y trabajadores de las bodegas en la Vía 40', relata.

Nombres de las casas

De esos aspectos históricos que señalan con orgullo los residentes de Modelo, sobre todo los más antiguos, resaltan las viviendas con amplias salas, techos altos de tejas añejas, ventanas con barrotes reforzados con hierro, doble puerta para acceder a ellas y terrazas abiertas.

Siguiendo esa tendencia de otros barrios como El Prado y Barrio Abajo, entre otros, de ponerle nombres a las casas (costumbre europea), los primeros pobladores también hicieron lo mismo con las de Modelo. Algunas, aún con las características descritas anteriormente, se conservan en la actualidad, según expresa Elena Martínez de Espinosa.

'Recuerdo que las casas tenían sus nombres, una se llamaba Gloria, otra se llamaba Laurent y otra se llamaba María. Era algo como típico del costeño para demostrar el cariño por sus cosas', dice la mujer de 74 años.

Martínez lamenta que por entonar con el modernismo los vecinos han quitado los nombres. Sin embargo, en la carrera 65 con calle 52 hay una vivienda, con colores verde y amarillo, que todavía tiene en la entrada arqueada el nombre ‘Mónica’.

'Mónica fue mi abuela, y mi papá que es el propietario de la casa, le puso el nombre de la mamá de él. Esa era la costumbre y su idea era destacar sus sentimientos por mi abuela', dice Heriberto Ahumada, de 72 años.