Desde 2016 comerciantes informales del centro de Barranquilla esperaban con ansias que terminara la obra que le daría un nuevo aire al espacio donde la mayoría trabajaba en ventas ambulantes.
Arelys García, vendedora informal del centro, es una de las beneficiadas con la entrega de los puestos ubicados en la zona peatonalizada. Ella dice que lleva 50 de sus 73 años vendiendo lotería y dulces en este sector, pero ahora pasará a un módulo más cómodo en la calle 33 con carrera 41.
'Este cambio ha sido importante para mí, yo tenía una mesita con los boletos de lotería. Ahora venderé más dulces, porque tendré un local de verdad, más cómodo. Podré resguardarme de la lluvia y el sol', cuenta con emoción la vendedora.
Mientras Arelys llena de dulces los estantes de su nuevo local, Augusto César recuerda que durante 20 años transportó, en un pequeño carro de madera, sus herramientas para afilar máquinas de cortar cabello.
'Este proceso ha sido de mucha paciencia, desde ayer no tengo ganancias, serán varios días mientras nos organizamos. Espero que los clientes ahora puedan ubicarme aquí, porque estaban acostumbrados a encontrarme en la calle ', señala este vendedor.
Así como Arelys y Augusto, otros 64 vendedores informales empezaron a acomodar la mercancía, herramientas y productos en los módulos que diseñó la Alcaldía de Barranquilla para su reubicación.
'Son 425 mobiliarios que entregaremos a lo largo de seis calles, es decir son 425 familias que van a pasar de la informalidad a la formalidad', afirma el secretario de Control Urbano y Espacio Público, Henry Cáceres.
La nueva zona adonde fueron trasladados está ubicada en la calle 33 entre carreras 40 y 41, por la iglesia de San Nicolás.
'Ya fueron ubicados 66 vendedores en estos módulos que son cómodos. Cuentan con energía eléctrica y estantería. En los próximos días serán reubicados los comerciantes en su totalidad', advierte el secretario.
Mejorar la calidad laboral de los vendedores informales es la principal razón de este proyecto liderado por la Alcaldía de Barranquilla .
'Ha sido un proceso de larga espera de paciencia, pero ya se están viendo los resultados. Es un sacrificio que hace el vendedor para aportar al desarrollo del centro', expresa Joaquín Cervantes, presidente de Asovendedores.
'El retraso de este proceso se debió a la subterranización de las redes de agua y energía', explica el secretario de Control Urbano.
Con este acondicionamiento, los vendedores esperan que el sector se reactive comercialmente porque venía siendo usado para guarida de habitantes de calle y botaderos de basura.
'Desde el Distrito velaremos por el mantenimiento y cuidado de los mobiliarios, así mismo haremos acompañamiento permanente a los vendedores para lo que sea requerido', indica el funcionario.
La otra cara de la moneda
Desde que comenzaron las obras de la plaza de San Nicolás, el comercio formal asegura que se ha visto afectado.
Aníbal González, vendedor de electrodomésticos, afirma que las obras no permitían el acceso a las personas interesadas en adquirir nuestros productos. 'Las obras no permitían el acceso peatonal, entonces no había comercio en esta zona, a mí me tocó cerrar varios locales que tenía, me quedé con uno, la Alcaldía dijo que nos indemnizaría y hasta la fecha no nos responden', manifestó González.