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Una serie de imprudencias de tránsito se presenta a diario en el carril exclusivo de Transmetro que recorre sus dos troncales Murillo y Olaya Herrera, lo que se ha convertido en motivo de preocupación para los usuarios del sistema, quienes piden mayor control por parte de las autoridades.

Es así como en el recorrido de un articulado por la calzada del ‘solo bus’ se cruzan desde vendedores ambulantes, limpiavidrios, ciclistas, transeúntes, habitantes de la calle, hasta vehículos particulares y de servicio público que —incluso— transitan por el carril restringido, según las señales de tránsito.

La situación comienza a experimentarse en la calle 63 (prolongación de la Murillo), con la carrera 14, en Soledad, donde está ubicada la zona de acceso y salida de los buses del sistema masivo en el Portal de Soledad.

Desde allí, una decena de limpiavidrios y vendedores que cargan cavas de bebidas refrescantes y energéticas promocionan sus servicios a los conductores que forman dos hileras vehiculares a la espera de que el semáforo de la esquina de la carrera 14 pase de rojo a verde.

Se les ven despreocupados a pesar de que alcanzan a posesionarse en el carril del ‘solo bus’, el cual no tiene en ese momento circulación alguna de un articulado, pero que un descuido en segundos será suficiente para impactarlos, teniendo en cuenta que, normalmente, el operador avanza a 40 kilómetros por hora.

'Son personas que no tienen cultura y educación, no es justo porque arriesgan también su vida. Está mal hecho que cojan el carril de Transmetro, ya que puede generar accidentes', manifiesta Margarita Sandoval, una usuaria del sistema.

Mientras la mujer da su declaración de rechazo a esta práctica en la estación Pedro Ramayá, un ciclista, un motorizado y un conductor de carro particular pasan por el lugar, siendo ‘perseguidos’ por un bus que cubre la ruta R1 – Joe Arroyo, el cual se detiene a dejar y recoger pasajeros en esa parada.

Ahí mismo, otro vendedor de bebidas energéticas, quien viste con jean azul, camisa manga larga, zapatos tenis y gorra con la que se cubre del impacto del sol, espera que la vía esté despejada para mostrar sus productos a un grupo de personas que espera por un bus en la estación y que cruzan indebidamente la línea amarilla de dicho paradero para hacer la compra.

Aunque este tipo de irregularidades en jurisdicción de Barranquilla no es tan notoria, las mismas situaciones se viven en la esquina de la avenida Las Torres (carrera 1) sobre la Murillo, donde jóvenes que se desempeñan como limpiavidrios caminan sobre el carril, se alertan por la bocina que hace sonar el operador del articulado y esquivan el vehículo para ofrecer su servicio.

Más adelante, a la altura de la carrera 2E, se reúnen todos los problemas descritos anteriormente: motorizados, incluyendo miembros de la Policía, colegiales, vendedores, ciclistas y demás peatones cruzan dicha carrera de sur a norte y de norte a sur, a pesar de que este punto no está habilitado para esta acción.

En eso, otro bus de la ruta R1 pausó su recorrido para darles el paso a los ciudadanos, aunque la cebra y el semáforo están a 100 metros, aproximadamente, de este punto.

'No la paso (la cebra) por flojera (risas). Veía que el bus venía lejos y me apuré para pasar, pero debo tomar más precauciones para la próxima vez', reconoce Nelly de la Hoz, quien no solo esquivó al vehículo de Transmetro, sino a los particulares que transitaban por esa zona cuando el reloj marcaba las 12:30 p.m.

Ahora, no solo hay peatones imprudentes, como lo reconoce la ama de casa, sino que también hay conductores que cometen actos en contra de la norma.

Como el conductor de un carro Ford Fiesta, de color blanco, que no tuvo ningún reparo en girar a la izquierda y quedar bloqueado en la intersección de la carrera 20 con calle 45, y dejando bloqueado al bus de la ruta S10 (Joe Arroyo–Portal de Soledad), ya que el semáforo sobre la carrera estaba en rojo y sobre la Murillo había alto tráfico mientras llovía.

Asimismo, en la calle 45 con carrera 46, un taxista no le vio problema a circular por el carril exclusivo para Transmetro, para evitar así el trancón que se formó en la calzada mixta.

Comparendos por invasión

En esta troncal de Transmetro, Murillo, EL HERALDO recorrió los 9,3 kilómetros que la conforman. Mientras que los 3,5 kilómetros restantes hacen parte de la troncal Olaya Herrera, desde la calle 30 (sin incluir el Portal Nelson Pinedo) hasta la calle 74, no frenan las infracciones por invasión al ‘solo bus’, como el ciclista que manejaba detrás de un articulado, agarrados del vehículo, en la calle 63 hacia el norte, o los dos jóvenes que cruzaron el carril para colarse en la estación Parque Cultural del Caribe.