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'Las canoas son el único medio de transporte para sobrevivir', asegura Nellys Rivera, al hablar de la rutina de la comunidad de la Isla de La Loma que a diario cruza el caño de la Ahuyama para cumplir con sus actividades en tierra firme de Barranquilla.

Mientras tanto, más de 80 niños que habitan este sector en el que se han levantado casas de madera, entre la espesa vegetación y frente al barrio Barlovento, también se trasladan hacia sus colegios sobre este medio, el único 'para llegar a aprender', emulando la frase de Nellys.

Son alumnos del Instenalco, de Brisas del Río y de Nuestra Señora del Rosario, quienes asisten en las jornadas de la mañana y de la tarde, en medio de los olores nauseabundos que emanan del caño.

Aunque hay otros que prefieren ir caminando acompañados de sus acudientes o, simplemente, solos por el sendero peatonal de la Avenida del Río, buscando la esquina de la Intendencia Fluvial, los menores navegantes lo hacen desde las 6:00 a.m. y regresan por la misma vía a las 12:00 p.m. 

Mientras que los que estudian en la jornada única, retornan a las 3:00 p.m., y los que reciben clases en la jornada vespertina salen de sus viviendas desde las 12:00 p.m. y luego regresan a las 5:00 p.m.

Precisamente de este último grupo hacen parte Ángelys García, Escarleth Soto, Jhon Soto y Juliana Mieles, cuyas edades oscilan entre los siete y los 12 años de edad, y cursan 2°, 3° y Aceleración (4° y 5°), respectivamente, en la Institución Educativa Distrital Brisas del Río, que está ubicada en la calle 30 con carrera 46A, en el centro de Barranquilla.