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Mañana el presidente Iván Duque y el alcalde Alejandro Char pondrán en servicio las obras de estabilización de la ladera de Campo Alegre y la reconstrucción de 700 metros de vía en ese sector. En estas obras de ingeniería, consideradas como las más complejas que se hayan ejecutado en los últimos años en Barranquilla, se invirtieron $125 mil millones.

Norca Martínez, residente en el barrio La Pradera dice que cuando se ponga en servicio la vía quedará atrás la desolación, la ruina y la desvalorización de los predios de una amplia zona de El Rubí, Las Estrellas, Las Colinas y Campo Alegre, que dejó el invierno de 2010.

Ese fue quizás el peor año para Alejandro Char en su primer gobierno, según él mismo lo reconoce, porque las lluvias aislaron el noroccidente del suroccidente, se cayeron casas en El Bosque, El Valle, Carrizal, Santo Domingo, Siete de Abril,Campo Alegre y Ciudad Jardín, entre otros sectores, lo que dejó un panorama de más de 2 mil damnificados.

La situación fue tan compleja en la ciudad, que fue necesario, en ese momento, decretar la urgencia manifiesta para atender los daños y a los damnificados. La carrera 38 fue sometida a dos reparaciones en el primer semestre de ese 2010, las cuales terminaron convirtiéndose en 'pañitos de agua tibia', porque la ladera se deslizó y taponó totalmente la vía.

El problema de la carrera 38 pasó a un segundo plano para los barranquilleros tras el rompimiento del Canal de Dique y la inundación del Sur del Atlántico el 30 de noviembre de ese 2010. Pero los habitantes del noroccidente vivían su propio drama: estar aislados de la ciudad, convivir con la amenaza del desprendimiento de unos 300 mil metros cúbicos de barro y saber que sus viviendas, que antes estaban avaluadas en cifras que superaban los $100 millones, 'ya nadie las quería ni regaladas'.

Martínez recuerda que tras los deslizamientos los taxistas no querían hacer carreras a esa zona porque el trayecto era 'mucho más largo', se disparó la inseguridad y salir de casa hacia cualquier destino de la ciudad se había convertido en un dolor de cabeza para ellos por la falta de transporte.

'Nadie dormía tranquilo. Estábamos atrapados en nuestras casas y no veíamos soluciones a la vista porque ya se habían hecho varios intentos por recuperar la vía y habían fracasado', recuerda Amalia De la Cruz, residente en Campo Alegre.

Esta ama de casa reconoce que cuando ella y sus vecinos vieron las máquinas eran escépticos frente a las obras. De hecho, recuerda que varias veces protestaron porque no confiaban en la administración ni en lo que estaban haciendo. Los días pasaban y no veían resultados tras el ruido, día y noche, de las volquetas, los taladros y demás equipos que utilizaban en las obras.

Hoy, ocho años después, al ver la zona, Norca Martínez dice que su pensamiento ha cambiado. Cree que ahora sí se hicieron unos 'trabajos completos' que tendrán mayor durabilidad.

Sergio Olarte, comerciante de la zona, afirma que la entrega de la vía impactará la movilidad, porque ayudará a descongestionar la calle 84B (Tobogán de Campo Alegre).

Igualmente, considera que le dará otra cara a la ciudad y que seguramente a los ciudadanos les va a gustar el paisaje que muestra ahora ese sector.

'La vía era necesaria para descongestionar otras calles de ese sector, porque ahora tendrá cuatro carriles', señala Olarte.