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Por Osvaldo Olave Amaya*

Las desigualdades económicas entre las regiones de Colombia se presentan y se visualizan en amplias brechas. Este panorama se ha mantenido durante varios años, por lo tanto hay que puntualizar que la Región Costa Caribe Colombia ha mantenido una esperanzadora lucha contra los llamados poderes centralistas que han propiciado, indicadores socioeconómicos desiguales, por la falta de políticas públicas encaminadas a equilibrar los desarrollos de las diversas regiones colombianas.

La historia de las luchas regionales para la igualdad y equidad regional comienza con la creación de la ‘Liga Costeña’ en 1919 cuando un grupo de delegados de 3 departamentos, de Costa Caribe, Atlántico, Bolívar y Magdalena, se reúnen en Barranquilla, para consolidar en forma mancomunada, tanto el sector público como privado y poder consolidar el objetivo básico de promover intereses económicos y sociales de los habitantes del Caribe colombiano.

Previo a esta consolidación se realizaron varias reuniones, pero la más importante fue a finales de 1918, cuando se sentaron las bases de un ente que protegiera e impulsara los intereses de la región ante el Gobierno central. 

En esta asociación de departamentos de la Costa Caribe, surgieron declaraciones de muchas órdenes, tales como, infraestructurales, la abertura de boca de bocas de ceniza a la navegación, dragados de la desembocadura de algunos ríos de evolución del manejo de las salinas marítimas a los departamentos caribeños y hasta la construcción de acueductos municipales en ese entonces. 

Hay que precisar que en ese momento histórico se presentaba un aumento significativo en las exportaciones cafeteras que Colombia convivió por mucho tiempo el llamado 'Imperio de la Mono-exportación Cafetera', que a su vez imprimía una hegemonía política eligiendo presidentes oriundos de la región Andina Cafetera.

Si nos proponemos en Colombia, combatir la desigualdad, la iniquidad y la pobreza debemos reconocer que la dimensión regional en su degradación y huérfana de apoyos institucionales ahondan las grandes diferencias.

En la consciencia regional se palpita permanentemente una necesidad de una política de Estado para aminorar las enormes diferencias en el desarrollo de las regiones periféricas comparativamente con las del poder central, porque definitivamente el aplazamiento o ausencia de estas medidas socioeconómicas agravan la situación, hay explicaciones o factores situacionales de dejarla a las actuación de las leyes del mercado, pero consideramos esta alternativa perversa y poco probable de éxito sin la ayuda necesaria del Estado.

Tratadistas económicos colombianos y algunos de ellos responsables de la elaboración de políticas de desarrollo del mediano y largo plazo, le han apostado a la descentralización administrativa y fiscal, la transformación para que la igualdad de oportunidades y la equidad sean lo primordial para el futuro del país.

El actual gobierno debe saber que nuestra región ha sido marginada en oportunidades para el desarrollo regional y sobretodo en la lucha que permanentemente debemos plantear para lograr niveles de equidad que satisfagan las necesidades básicas de nuestra región.

En el devenir histórico de la lucha que ha establecido la Costa Caribe para tener en cuenta las decisiones del poder central, hay un camino interesante que se ha recorrido desde el primer intento llamada ‘Liga Costeña’ porque de acuerdo con historiadores y académicos del tema, tales como: Adolfo Meisel, Gustavo Bell Lemus, Eduardo Posada Carbó, han destacado los antecedentes presentes y futuros de esta puesta en marcha por la lucha de nuestros intereses económicos y sociales frente al gobierno central.

Hay que destacar que surgieron propuestas en el país, como la 'Ley 76 de 1985' que crea la Región de Planificación de la Costa Atlántica, demostrándose con estudios y proyectos que se trabajaron en época y que aún están vigente, por ejemplo: el Plan de vías transversales de la Región, el desarrollo agrícola y pecuario, el de Turismo, para destacar algunos; sin embargo, en estas acciones de centralistas siempre le ha faltado una acción efectiva y fiscal que den una verdadera autonomía regional.

La tendencia a nivel mundial son los estados regionales, modelos de estados eficientes y modernos, dinamizados y más cercanos al ciudadano, como lo concluye Gustavo Bell Lemus, convencido: 'Es hora de que nos dejen forjar nuestro propio desarrollo'.

*Filosofo con orientación en Ciencias Políticas. Es Miembro de Número-Sala General y Representante de los Profesores ante la Sala General de la Universidad Simón Bolívar.