Luego de un largo proceso jurídico por la gerencia, el hospital Universitario Cari E.S.E de alta complejidad pareciera, hasta el momento, haber encontrado al timonel indicado para enderezar el rumbo.
El pasado martes se posesionó Ulahy Beltrán López como nuevo gerente del centro asistencial y su principal reto será reactivar la venta de los servicios en la institución.
No obstante, el panorama para la nueva cabeza del hospital es bastante desolador debido a la poca actividad en el edificio de alta complejidad, las deudas que cada día aumentan más y las mesadas atrasadas a sus trabajadores y proveedores.
Esta situación lleva a que el centro hospitalario, que en otrora fue uno de los más importantes de la región Caribe, se vea obligado a actuar de manera ágil para que se inyecten recursos públicos y privados que permitan la reapertura de los servicios que prestó durante décadas y devuelva a la institución su prestigio y a sus pacientes una mejor atención.
Panorama desolador
Entrar al hospital Cari es encontrarse con una soledad inminente. Sus pasillos y salas de espera se encuentran vacíos la mayor parte del tiempo y el flujo de personal entrando y saliendo de la edificación es escaso.
Sumado a la soledad, la infraestructura de algunas partes del edificio, tanto de alta complejidad, como de salud mental es digna locación para una película de terror. Techos, pisos y paredes sienten el paso de los años y la falta de mantenimiento.
A corte del pasado viernes 11 de enero, la sede de alta complejidad tenía internos 31 pacientes, lo que equivalía a una ocupación del 34%. Sin embargo, cabe recordar que en el sexto piso de la edificación se encuentran internos 19 pacientes psiquiátricos, que en realidad hacen parte de la sede de salud mental. Es decir, los pacientes internos por servicios de alta complejidad en realidad solo eran 12.
Pocos servicios
La aguda crisis del Cari se evidencia en los pocos servicios que ofrece la institución, lo que conlleva a que, obviamente, no existan pacientes. Durante los últimos años, el centro asistencial pasó de ofrecer más de 30 servicios a solo cuatro, como se reporta hoy en día.
De acuerdo al hospital, los servicios que se prestan actualmente son la hospitalización quirúrgica, hospitalización psiquiátrica, pediatría y oncología.
De esos cuatro, el servicio de oncología se encuentra tercerizado, por lo que no es manejado directamente por el hospital.
Progresivamente, el Cari ha venido cerrando servicios como cardiología, rayos x, urología, infectología, neumolología, neurocirugía, entre otros.
Salud mental, el oasis
La sede de salud mental es el oasis del hospital universitario Cari. A pesar de sus precarias condiciones y que, en muchas ocasiones, familiares de los pacientes allí internados se han quejado por la falta de comida y elementos de aseo, presenta una ocupación del 95%.
Al ser pocos los centros asistenciales que prestan los servicios de psiquiatría, neuropsicología y demás servicios de salud mental, el Cari recibe pacientes de toda la región. Incluso, en muchas oportunidades el sindicato de trabajadores propuso que el hospital solo se dedicara a fortalecer estos servicios y dejar a un lado la parte de alta complejidad.
Esta sede se encuentra a la espera de una remodelación que se hará gracias a la aprobación de $9.400 millones por parte de la Asamblea Departamental.
Finanzas en rojo
El hospital Cari también afronta una profunda crisis financiera, aunque los dirigentes del hospital se encuentran en la depuración del total del pasivo de la entidad, se estima que estos estén cercanos a los $78 mil millones.
Y aunque tiene una cartera por cobrar por más de $60 mil millones, muchas de estas acreencias que le deben pertenecen a EPS que se encuentran liquidadas, o en su defecto, en proceso de liquidación.
También es de público conocimiento que el hospital adeuda a sus proveedores y a trabajadores hasta siete meses a los que se encuentran por medio de órdenes de prestación de servicios y entre dos y tres meses a quienes se encuentran en la planta de nómina, de acuerdo a lo informado por el sindicato de trabajadores.
EL HERALDO conoció que el tesorero del hospital le notificó al nuevo gerente, Ulahy Beltrán, que el centro asistencial tiene una deuda con la Secretaría de Hacienda Distrital que alcanza los $3.500 millones por concepto de retención en la fuente.