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'Nosotros podemos pescar, sacar las vejigas y venderlas, y comernos el pescado. Así nos va mejor', manifestó Ángel Barrios De Ávila, un veterano pescador de Bocas de Ceniza, refiriénsose a la rentabilidad que le produce la venta de este órgano del pez.

En sus ojos verde oliva refleja el amor que le tiene a esta labor que desempeña desde que tenía 8 años.

Junto con su esposa Angélica Cifuentes, una señora mona, robusta y buena conversadora, todos los días emprende la faena pesquera en una pequeña embarcación de madera con motor, que les permite abrirse paso entre la inmensidad del mar.

Diariamente comienzan la labor a las 6 de la mañana desde su pequeño rancho de tablas rojas ubicado en la segunda playa de Puerto Mocho, en Bocas de Cenizas, justo detrás de los restaurantes y unos cuantos kilómetros antes de la desembocadura del río Magdalena en el Mar Caribe.

Como si fuera un ritual, embarcan dos grandes cavas de icopor amarillentas, que ya evidencian el uso frecuente que han tenido. Las cargan con hielo para refrigerar los peces que caigan en sus redes y que no va a permitir que se dañen hasta que regresen a su casa y sean vendidos.

Su embarcación los lleva mar adentro, no tan lejos de la orilla porque dicen que 'no es necesario', por la abundancia de peces que hay en el lugar. Su objetivo es llenar las dos cavas y apenas lleguen a su casa, alrededor de las 11 de la mañana, vender lo que recogen durante la labor de pesca.

Es rentable

En su mayoría, en sus redes recogen mojarras, chivos, robalo, corvinas y otras especies de pescado que venden por kilo desde los $5.000.

Todos los días salen con la esperanza de encontrar en mayor cuantía corvina y róbalo, para extraer las vejigas natatorias de estos peces (también conocida como buche) y venderlas por un valor que oscila entre los $25.000 y $30.000 por kilo, precio que no consideran justo porque quienes las compran, las venden a un precio muchísimo mayor.

Para los pescadores la venta del buche es más rentable, incluso que el propio expendio de pescado.

No obstante, en algunas pescaderías del barrio Las Flores, este producto tiene un valor de hasta $90.000 por kilo.

Debido a la poca cantidad de compradores de este material y a la refrigeración que necesita para que no se dañe, los expendedores de pescado y todos sus derivados los venden por encargo.

Desde principios del año 2016, Angélica y Ángel, al igual que otros pescadores de las zonas de Bocas de Ceniza y Las Flores, venden las vejigas natatorias de las especies de corvina y el róbalo a quienes se las pidan.

En ese entonces, empezaron a venderla en $15.000 porque no sabían cuál era la finalidad de las vejigas, pero se pusieron a la tarea de investigar en internet y se dieron cuenta de que eran apetecidas en países orientales, razón por la cual aumentaron el precio de venta.

Semanalmente, alcanzan a reunir un promedio de 12 kilos de vejigas de corvina. Cada una tiene un peso cercano a los 20 gramos, y usan de 10 a 20 vejigas para completar un kilo. Todo eso depende del tamaño del pescado.

Usos de las vejigas

En algunos países de Asia, las vejigas natatorias de los peces son utilizadas para distintos fines.

A este órgano le atribuyen beneficios cosméticos, debido a su alto contenido de colágeno. Para este fin, es usada en mayor parte por mujeres.

También, hay quienes tienen la creencia de que el buche de pez de corvina tiene propiedades afrodisíacas y ayuda a la fertilidad. Para ello, con las vejigas preparan sopas y otros alimentos.

Además, la vejiga es usada para elaborar tipos de pegamento, hilos orgánicos para suturas, clarificar cervezas, preservar documentos, para cocinar e incluso para preparar alimentos para bebés.