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Por Nayor Barrios

La contaminación de playas y océanos es una de las problemáticas que más preocupa a las organizaciones que trabajan por la protección y conservación del medio ambiente, debido a sus efectos en la vida animal y del hombre. De acuerdo al más reciente informe de la Organización de Naciones Unidas sobre el estado del planeta, las condiciones medioambientales 'mediocres' son responsables 'de alrededor del 25% de las muertes y enfermedades mundiales'.

El documento Global Environment Outlook (GEO), en cuya elaboración participaron 250 científicos de 70 países durante seis años, concluye que los productos químicos evacuados al mar perjudican potencialmente la salud de varias generaciones. El informe fue presentado durante la Asamblea General del Programa de la ONU para el Medioambiente, efectuada en Nairobi.

Otra investigación de Greenpeace (2015) sobre el plástico en los océanos, dice que cada segundo los océanos reciben más de 200 kg de basura, y que 8 millones de toneladas llegan a los mares cada año, debido al abandono o la mala gestión de esta, formando el 60-80% de la basura marina, en su mayoría en forma de micro plásticos (inferiores a 5 mm). Aunque se desconoce la cantidad exacta de plásticos en los mares, se estiman unos 5-50 billones de fragmentos, sin incluir los trozos que hay en el fondo marino o en las playas.

Este es un problema global que aumenta de forma alarmante, pues gran parte de la contaminación presente en playas y océanos, es generada por las acciones del hombre y una poca conciencia por preservar el ecosistema. Aun conociendo la gravedad de las consecuencias, muchas veces damos prioridad a los tiempos de recreación o descanso, y olvidamos la responsabilidad que tenemos frente al cuidado y protección de nuestro entorno natural.

Principales contaminantes

Entre las acciones humanas más dañinas para las playas y océanos, encontramos los vertimientos de aguas residuales y el uso de materiales no biodegradables, o cuyo tiempo de degradación es muy largo, como el plástico. Esto sucede al poner condiciones sanitarias, de practicidad o comodidad por encima de la protección del medio ambiente.

El grupo de defensa ambiental Ocean Conservancy (2016), clasificó los objetos más comunes recolectados en playas y zonas costeras a nivel mundial. Como puede verse en la gráfica, las colillas de cigarrillos son el objeto que más abunda, seguido de fragmentos de plástico, uno de los que mayor impacto causa en la vida marina: enredos, asfixia, estrangulación o desnutrición al ser ingeridos y bloquear el estómago o intestino del animal.

Los microplásticos pueden ser ingeridos por crustáceos y peces, e incluso por el plancton, causando problemas a la fauna animal por su presencia en el intestino y los contaminantes químicos que llevan. Además, pueden pasar a lo largo de la cadena alimentaria hasta llegar a nuestros platos.