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Durante cinco horas, ayer se llevó a cabo la asamblea general de accionistas de Triple A, donde se discutieron y se aprobaron los estados financieros, se escogieron tres nuevos miembros de la Junta Directiva de la empresa y se analizó el informe de gestión fiscal, correspondiente a 2018.

Para la empresa, esto permitirá trazar una hoja de ruta para idear las estrategias comerciales y de servicios para este año.

La empresa que presta el servicio de acueducto, alcantarillado y aseo en Barranquilla y 14 municipios del Atlántico, reportó a través del informe de sostenibilidad que en 2018 facturó $540.173 millones, lo que representa un incremento de 6,3% por encima a los obtenidos en 2017, que fueron de $507.961 millones.

De igual manera, el informe sostiene que el servicio de agua potable tuvo un incremento de cobertura de 5,4%; es decir, se llegó a 2.814.692 habitantes frente a los 2.670.781 alcanzados en 2017.

Con respecto al servicio de alcantarillado, la empresa dice que logró llegar a 2.417.587 habitantes frente a los 2.290.833 de 2017, lo que supone un crecimiento de 5,5%.

Guillermo Peña, gerente general de la empresa, señaló que el nivel de recaudo actual de Triple A llega al 93% de lo que factura.

'Durante la asamblea los integrantes expresaron sus opiniones en aras de ser discutidas y enriquecer el encuentro. La ciudad no debe preocuparse por el servicio. Triple A, con su caja propia y con el desarrollo de su negocio, está en toda la capacidad de prestarle los servicios con la calidad de siempre y hacer las inversiones necesarias para mejorar sus procedimientos y eficiencias', indicó el gerente de la compañía.

El directivo señaló, además, que los resultados generales de la compañía fueron 'buenos'. 'No hemos incumplido con las obligaciones. Hemos tenido un espaldarazo importante de los accionistas', dijo el directivo.

Jenny Sandoval Espitia, gerente de Sociedades Activas de la SAE, manifestó que los estados financieros fueron sometidos al derecho de inspección de los accionistas, a través de un dictamen de revisor fiscal 'sin salvedades'.

'Durante la junta se dieron las deliberaciones normales y naturales en un escenario de asamblea de accionistas y se concluyó con una conformación de la comisión de revisoría del acta de la reunión.

Previo al inicio de la asamblea, un grupo de siete personas ligadas al sindicato de la compañía protestaron en rechazo a la presencia de la SAE en la junta directiva.

Actualmente la SAE tiene bajo custodia las acciones de Canal de Isabel II y su filial Inassa, que representan el 82% de participación que la multinacional tiene en la empresa Triple A.

La junta directiva

Los socios aprobaron tres modificaciones en la Junta Directiva de la empresa. Alonso Castellanos, quien era suplente de Juan Alberto Londoño, pasó a ocupar la curul de principal. Como suplente quedó Iván Darío Arteta.

En la lista de suplentes, Camilo Abello Vives entró en reemplazo de Miguel Linero de Cambil, y Ana María Aljure, secretaria General del Distrito, reemplaza a Margarita Zaher, quien renunció hace algunas semanas a la Secretaría de Planeación Distrital.

Tensión en la asamblea por cuestionamientos

Un grupo de socios clase B (minoritarios) de la asamblea general de socios de la empresa Triple A cuestionaron los resultados de los estados financieros de la compañía. Según este grupo de minoritarios, hay una 'serie de irregularidades' en los estados financieros presentados durante la reunión.

Hernando Acuña, de la junta de accionistas de la compañía, manifestó que los balances 'están fuera de contexto legal' y que hay unas 'cosas incoherentes'.

'Le están mintiendo a la ciudad de Barranquilla. Los servicios llegarán a un estado de postración. La Fiscalía debe revisar esta situación. Hallamos recursos que no se podían mover y otros que estaban inflados para poder hacer triquiñuela para acceder a los préstamos bancarios. Los socios clase B no aprobamos eso. La SAE y el Distrito los aprobaron', manifestó Acuña.

La empresa, según el accionista, solo está recibiendo los recaudos por servicios, 'lo que no es suficiente para poner en marcha un plan de inversión para optimizar el servicio de agua potable en la ciudad, que está en su máximo funcionamiento'.