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El bulevar de la carrera 54, conocido también como Avenida 11 de noviembre, es desde ayer escenario de intervención urbana, cuyo fin es integrar a los barrios Montecristo y Barrio Abajo.

La intervención, organizada por el semillero de investigación Acupuntura Urbana de la Universidad de la Costa, la Cámara de Comercio, la Organización Project For Public Spaces (NewYork) y el colectivo Cityzens, cuenta con el apoyo de la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público.

'Vamos a la Calle 2.0. Tejiendo retazos de ciudad, es un proyecto pedagógico que plantea la intervención de espacio público e impulsa el arte público emergente del trabajo articulado en las dinámicas de investigación del Colectivo Cityzens', explicó el arquitecto Samuel Padilla, director del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de la Costa.

Agregó que este año la intervención se hace en el marco del encuentro 'La ciudad que queremos', que se desarrolla en el auditorio de la Universidad de la Costa, CUC, hasta este 12 de abril.

La construcción de la intervención arrancó con una brigada de limpieza y posteriormente se demarcó el área. La activación y apertura de las estructuras al público iniciará hoy. Este año la activación tiene como objetivo la integración urbanística de los barrios antes mencionados a través de un experimento de tejido urbano y placemaking.

Padilla explicó que las estructuras están elaboradas en materiales reciclables, madera principalmente, y que el propósito es generar un espacio activo en un lugar poco utilizado. 'La intervención combina arquitectura, espacio público y arte público en una sola obra', dijo Padilla al enfatizar que es un espacio para la comunidad, un lugar para tejer el territorio.

Este espacio se quedará en la zona por un 'buen tiempo' y el propósito es que la comunidad se apropie y lo use como un teatro al aire libre, sentarse a conversar, jugar para reuniones, entre otras.

La Secretaría de Control Urbano ha realizado acompañamiento en las etapas de planeación, logística, divulgación y ocupación de los espacios de intervención.

Yalmar Vargas, profesor y coordinador de extensión de la facultad de Arquitectura y Diseño de la Corporación Universidad de la Costa, explicó que el bulevar de la carrera 54, ubicado en los límites de estos dos barrios, se constituye como un espacio reducto del proceso de urbanización de la ciudad, pues fue una solución técnica eficiente para solventar la problemática de los arroyos.

En su opinión es común que estas plataformas de canalización se conviertan en espacios inhóspitos, sin ningún atractivo para su uso como espacio público de ambos barrios, por ello la idea es convertir estas barreras urbanísticas,que impide la cohesión entre ambos barrios, en un elemento estructurante y cohesor de la vida comunitaria y la integración urbana.

Estos sectores se postulan como receptores de las industrias culturales y como barrios artísticos que preservan los valores de identidad del Carnaval como patrimonio cultural de la humanidad.

Henry Cáceres, secretario de control urbano y espacio público dijo que les interesa apoyar proyectos que resignifiquen el espacio público en beneficio de la comunidad, reforzando en la gente la idea de que estos espacios son para el uso y disfrute de todos.

'Si nos pueden servir como un instrumento para generar entornos pacíficos, interactivos, para el conocimiento, el impulso de la cultura y la convivencia de los sistemas urbanos de movilidad, redes técnicas, transporte, equipamientos, entre otros, ganaremos mucho como ciudad', afirmó Cáceres.