El ecoturismo es una actividad que prioriza la conservación de los ecosistemas y genera beneficios en las comunidades locales. Se diferencia de otros tipos de turismo, pues además de buscar el disfrute de los espacios, ofrece un componente formativo, de fortalecimiento comunitario y territorial.
El departamento del Atlántico posee escenarios naturales dignos de conservación, e ideales para su contemplación, que incluyen 4 áreas protegidas con una extensión de 1.557 hectáreas de bosque seco tropical, 5 especies endémicas, 32 especies de flora, 141 de fauna vertebrada y 108 especies de fauna invertebrada.
Según diagnóstico del gobierno departamental se han identificado unos 67 atractivos turísticos naturales, ubicados en 19 municipios, entre los que destacan Piojó, Luruaco, Sabanalarga, Puerto Colombia, Galapa, Usiacurí y Tubará.
Dichos territorios poseen espacios que ofrecen a sus visitantes el disfrute de actividades como senderismo, camping, montañismo, avistamiento de aves, exploración de flora y fauna, y agricultura rural.
En el municipio de Piojó encontramos la Reserva de Sociedad Civil Los Charcones, denominada así desde el 2018 por Parques Nacionales Naturales de Colombia. La conforman 43 hectáreas que incluyen senderos y piscinas naturales de hasta 7 metros de profundidad. Los visitantes de este espacio natural rico en flora y fauna, pueden practicar senderismo, camping y paisajismo. La reserva natural Los Charcones ha sido incluida además como destino para avistamiento de aves.
En Los Charcones se puede degustar comida típica de la región y compartir con representantes de la etnia Mokaná. La reserva está ubicada muy cerca de El Palomar, otra área protegida de Piojó que consta de 500 hectáreas de bosque seco tropical secundario, gran biodiversidad y bellos paisajes.
En Tubará es infaltable visitar el Corral de San Luis, una piscina natural de agua cristalina, bañada por una hermosa cascada y rodeada de vegetación virgen con diversidad de fauna y flora. Situado a 4 kilómetros del casco urbano, es considerado uno de los rincones más hermosos del Atlántico.
En Luruaco encontramos una laguna de 430 hectáreas, ideal para paseos en bote, pesca y práctica de esquí. Su ecosistema es hábitat del mono tití cabeciblanco, especie en vía de extinción. Permite realizar senderismo, caminatas ecológicas y avistamiento de aves.
En Usiacurí es posible disfrutar del Distrito de Manejo Integrado de Luriza. Con una extensión de 837 hectáreas y una vegetación de bosque seco tropical, posee manantiales y arroyuelos de incalculable valor ecológico, con 20 componentes minerales a los que los pobladores atribuyen propiedades medicinales.
Cuenta con al menos 122 especies de flora y 244 especies de fauna, entre anfibios, reptiles, aves mamíferas y unas muy singulares como el mono cotudo, la guacharaca, tucanes, loros y el perezoso. En las ramas más altas de los árboles es posible observar ardillas y manadas de monos cotudos.
Estos y otros lugares del departamento están siendo promovidos en un clúster (agrupación de empresas u organizaciones) de turismo sostenible y experiencial que ha incluido la participación de la Gobernación del Atlántico, Universidad del Costa y otros actores del sector, a fin de consolidar y potencializar una oferta sólida para el disfrute de propios y visitantes.
Para Andrés Suárez, administrador ambiental, especialista en Gerencia de Recursos Naturales y magister en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, son importantes las iniciativas frente al ecoturismo, pero considera necesario fortalecer la participación social, el empoderamiento comunitario y la autogestión en el desarrollo de la actividad en nuestro departamento.
Suárez, quien integra el Departamento de Civil y Ambiental de la Universidad de la Costa, cree que pese al clúster de turismo, los esfuerzos siguen siendo insuficientes desde la perspectiva del ecoturismo, pues existen muchos lugares con gran potencial ecoturístico en el Atlántico que requieren se reivindique el papel de las comunidades locales en su gestión.
'Que muchas personas visiten un lugar con atractivo natural, no significa que se cumplan los principios del ecoturismo. Es necesario generar capacidades en las comunidades que se encargan de manejar dichos lugares, para que obtengan beneficios y manejen de forma sostenible los ecosistemas', afirma Andrés Suárez, cuya área de investigación es el análisis socio-ambiental.