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Los cuerpos de agua son grandes o pequeñas extensiones de agua –dulce o salada– que se encuentran en la tierra y en el subsuelo. Según su tipo, pueden ser ríos –intermitentes, perennes o subterráneos–, mares, lagos, bahías y embalses. Estos acuíferos pueden estar presentes en la geografía continental de forma natural o artificial, producto de la acción antrópica del hombre. Así lo explica Celene Milanés Batista, doctora en Ciencias Técnicas del Departamento Civil y Ambiental de la Universidad de la Costa.

Las aguas subterráneas representan la mayor parte de los recursos hídricos utilizables en el planeta, y de acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano, aproximadamente el 75% de nuestro territorio presenta condiciones favorables para el almacenamiento de agua subterránea.

El departamento del Atlántico posee una red de cuerpos de agua rica y diversa, que le otorga a la región una singularidad que se dibuja en su cartografía simulando a una gran isla. Está bordeado por tres grandes cuencas con sus correspondientes subcuencas y embalses. Dos de ellas son naturales: la cuenca del Río Magdalena, con una extensión de 107.8 Km, y la cuenca del Mar Caribe, con 90 km de línea de costa.

Como cuerpo de agua de origen artificial, la región presenta el Canal del Dique, que constituye una bifurcación artificial del río Magdalena, considerado la arteria fluvial más importante del departamento Atlántico por ser la principal fuente de agua dulce y por sus favorables condiciones de navegabilidad. Desde el punto de vista ecosistémico, la cuenca del río alberga un complejo de humedales conformado por más de 10 ciénagas, un sistema de arroyos, embalses y microcuencas con una rica diversidad de ambientes costeros.

La Ciénaga de Mallorquín destaca por ser un reservorio de aves migratorias y presentar diversos parches de manglar. Además, la existencia de las ciénagas de los Manatíes, Tocagua, Malambo, Convento, Luisa, Ciénaga Sanaguare y La Poza, le otorga a la región una importante riqueza paisajística. Desde el punto de vista de la navegabilidad del río, nuestra ciudad presenta un puerto marítimo y fluvial que opera un alto volumen de carga, cuyo tráfico se produce a través del puerto de Barranquilla.

La cuenca Canal del Dique está ubicada al sur del departamento y constituye el límite fluvial que separa los departamentos de Bolívar y Atlántico. Para la investigadora, el principal beneficio socioeconómico de este canal que comunica al río Magdalena con la Bahía de Cartagena, es favorecer la navegación y el desarrollo de actividades de transportación fluvial de mercancías como petróleo, carbón vegetal, entre otros.

La cuenca del Mar Caribe es otro cuerpo de agua importante que integra la región continental del departamento con la zona marina y promueve la actividad turística. En esta cuenca se localizan los municipios de Puerto Colombia, Juan de Acosta, Tubará, Piojó, Baranoa, Usiacurí y Galapa y parte del Distrito de Barranquilla. En algunos de estos municipios se encuentran localizadas importantes zonas de playas, como: playa de Puerto Velero en Tubará; playas de Pradomar, Kilymandiario, Miramar y Sabanilla en Puerto Colombia; playa de Santa Verónica en Juan de Acosta.

Milanés considera que esta cuenca marina garantiza un desarrollo económico potencial por la futura exploración y producción de hidrocarburos offshore, actividad que, si no es bien manejada mediante rigurosos estudios de evaluación de impactos y planes para enfrentar posibles contingencias, generaría efectos negativos en los cuerpos de agua dulce del departamento.

Beneficios para el Atlántico. Estas tres cuencas que integran el departamento Atlántico ofrecen beneficios para el medio ambiente y repercuten directamente en la calidad de vida de la población. El río Magdalena y sus afluentes garantizan la presencia de agua dulce para uso doméstico.

Las cuencas del Mar Caribe y artificial del Canal del Dique garantizan el transporte marítimo fluvial, la pesca artesanal y deportiva, diferentes usos recreativos, uso industrial y garantizan el hábitat de ciertas especies de flora y fauna que se reproducen y desarrollan en zonas costeras y ribereñas del departamento.

Entre los cuerpos de agua que pueden ser visitados en el departamento por el paisaje que ofrecen y por la oportunidad de disfrutar de la pesca, los paseos en bote y la práctica de deportes acuáticos, están el Lago del Cisne en Puerto Colombia y el Gran Malecón del Río Puerta de Oro, donde la intervención urbana ha dado respuesta al sueño de los barranquilleros al permitir abrir la ciudad hacia el río y promover un escenario favorable para el disfrute de turistas locales y foráneos.

Junto a estos dos sitios reconocidos en el departamento Atlántico desde el punto de vista turístico, se destacan también algunos arroyos que desembocan en el Mar Caribe y diversos cuerpos lagunares de importancia ambiental y económica como la Ciénaga del Totumo. Esta es uno de los ecosistemas estuarinos más afectados por la elevada intervención antrópica. Allí, como en otros cuerpos de agua, se ha reducido la profundidad para la navegación y se ha limitado la pesca por la elevada concentración de sedimentos, la presencia de metales pesados y coliformes totales que elevan la carga orgánica y microbiológica de los indicadores de Demanda Biológica y Química de Oxígeno disuelto (DBO y DQO).

Cuidando el recurso hídrico. En opinión de Celene Milanés, quien además es coordinadora de la Maestría en Desarrollo Sostenible de la Universidad de la Costa, la belleza panorámica de algunos cuerpos de agua del Atlántico, se ve afectada por su elevada contaminación y mal manejo. 'La intervención antrópica de la población y de algunas entidades, produce una fuerte presión en estos ecosistemas y eleva sus riesgos ambientales. Hoy se observan algunas pérdidas de extensión de manglares por invasiones constructivas, deforestación, altos niveles de residuos y sobrecarga de materia orgánica', afirma, agregando que estos recursos hídricos sufren serias restricciones del uso de agua potable por periodos de sequía y por la intrusión salina, causando la disminución de cultivos de peces y camarones, debido también a los procesos de eutroficación (enriquecimiento en nutrientes de un ecosistema acuático). Esta problemática ambiental afecta los usos agropecuarios, agrícola, recreativo y deportivo para baño, natación o la navegación.

Por ello, hacer uso sostenible de los cuerpos de agua del Atlántico, es hoy un reto para planificadores, urbanistas, ciudadanos y gestores costeros. Precisamente, debido a la importancia de conservar estos importantes recursos y, en el marco del proyecto Agenda Azul coordinado por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico -C.R.A., se creó recientemente el Comité Marítimo Fluvial (CoMAFlu), en el que la Universidad de la Costa coordina, por solicitud de la C.R.A., las acciones interinstitucionales que serán llevadas a cabo junto a la Escuela Naval de Suboficiales de Barranquilla, Universidad del Atlántico, Cormagdalena, DIMAR, APELL, Cámara de Comercio, Gobernación del Atlántico y Centro de Gestión del Riesgo de la Alcaldía de Barranquilla, entre otras instituciones que se incorporarán al proceso para la identificación de metas y acciones dentro de una agenda de tareas que, en un periodo de 5 años, se pondría en marcha para la conservación y el uso sostenible de los cuerpos de agua del departamento.