Durante el incendio en la Clínica la Merced el pánico hizo presencia tanto al interior de las instalaciones del centro médico como en las afueras del lugar. El sonido de las ambulancias se confundía con los gritos desesperados de quienes buscaban a sus familiares y el de las órdenes que daban bomberos, policías y personal médico.
Una de las mayores preocupaciones estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica, en la que se encontraban decenas de pacientes en delicado estado de salud e intubados, y cuya evacuación se hacía más delicada por parte de los rescatistas que se encontraban sofocando las llamas y ayudando a la salida de los internos.
Una de las personas que vivió momentos de angustia fue Nudis Cantillo, quien al momento de la conflagración se encontraba en la UCI de la Clínica visitando a un familiar, pero que al sentir el sofoco por el intenso humo se vio obligada a bajar, dejando a su madre, de 86 años, en la camilla.
'Yo me quería asfixiar con mi mamá allá adentro, no la quería dejar allá, intenté cargarla, pero ella no puede caminar ni hablar; entonces tuve que bajar mientras veía cómo las enfermeras lloraban y bajaban. Fue horrible', contó la mujer entre lágrimas.
Nudis veía cómo uno a uno iban saliendo pacientes por la puerta principal de La Merced, mientras que otros eran bajados en los carros canasta de los bomberos, pero su madre no bajaba, lo que aumentaba la angustia de la mujer, que ya se encontraba a esta altura acompañada por otros familiares.
'Estoy desesperada, nadie me da razón de si mi mamá está allá adentro todavía o si la trasladaron a otra clínica. Estamos esperando el reporte oficial de la clínica', indicó Nudis mientras observaba detalladamente a todos los pacientes que bajaba el Cuerpo de Bomberos.
Decenas de personas se agolpaban en las aceras de la calle 61, justo en frente de la entrada principal de La Merced, familiares se abrazaban desesperados buscando respuestas sobre el paradero de los pacientes, mientras la Fuerza Pública intentaba acordonar el área para facilitar el tránsito de las ambulancias que llegaban, una tras otra, para trasladar a los internos de la clínica.
En medio del llanto, Natalia Giraldo preguntaba a cada una de las personas identificadas con uniformes de la clínica si sabían si a José Giraldo, su padre, ya lo habían trasladado o seguía adentro.
La joven contaba que no era de la ciudad, sino de Medellín, por lo que pedía una respuesta en medio del caos, pero en ese momento el censo de pacientes traslados aún no estaba listo, según lo que en ese momento habían informado las autoridades.
El desespero. Uno de los momentos más angustiantes que se vivió durante el incendio de ayer fue cuando los pacientes y personal del cuerpo de bomberos empezaron a partir las ventanas de los pisos quinto, sexto, séptimo y octavo para poder sacar a los pacientes.
Enormes ventanales caían al piso y se partían a pocos centímetros del personal que salía por la puerta principal de la clínica, lo que provocaba la angustia de quienes se aglomeraron en la otra acera, esperando recibir noticias de sus familiares o simplemente observando y grabando con su celular lo que pasaba en la clínica.
Los familiares y los pacientes lloraban y se mostraban angustiados a la espera de respuestas; el personal médico y trabajadores de la clínica también se agolparon a la salida de la institución médica. Muchas de las doctoras lloraban y no podían creer lo que estaba pasando.
'Todo fue muy rápido, la mañana transcurría normal y todos estábamos en nuestras labores. De repente empieza el desespero, el humo, muchos nos estábamos ahogando y aunque tratábamos de ayudar lo mejor era evacuar y dejar todo en manos de los bomberos', contó una doctora que no quiso revelar su identidad por instrucciones de la gerencia de la Clínica de no entregar declaraciones.
Vecinos solidarios. Los primeros en enterarse de la situación que pasaba en La Merced fueron los vecinos del barrio El Recreo, el humo que salía por la puerta del lugar alertó a hombres y mujeres que descansaban en el día festivo.
Julio Ahumada, un joven que al momento de comenzar la conflagración se encontraba durmiendo, cuenta que su padre lo despertó al ver la emergencia y ambos se dispusieron a ayudar a los pacientes que poco a poco comenzaban a salir por la puerta de urgencias de La Merced.
'Todavía los bomberos no habían llegado y nos metimos a la clínica de inmediato, el humo no nos dejaba ver casi, pero como pude sacamos a cinco pacientes hasta que llegaron los bomberos y empezaron a hacer su trabajo. Pero fueron momentos de pánico', indicó Julio Ahumada.
Amaury Gómez, otro de los testigos y vecino del sector, relató que el fuego se propagó en cuestión de segundos, pero que al llegar los bomberos lograron sofocar las llamas en menos de diez minutos.
Antes de la llegada de los bomberos —aseguró— con un extinguidor lograron apagar parte de las llamas del primer piso. 'Eso ayudó a que el fuego no se propagara tanto, ya después ayudamos a sacar a los pacientes que estaban angustiados, todo el mundo gritaba del desespero porque el humo se iba expandiendo y ya era difícil respirar, por lo que optamos por salir de inmediato', relató Amaury.
Luego de casi dos horas los pacientes fueron evacuados y tanto familiares, como vecinos de la clínica aplaudieron la labor de los bomberos, policía, voluntarios y miembros de la Defensa Civil que ayudaron a evacuar a los pacientes en medio del pánico que se vivió en el lugar.