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Tras ser trasladados en un avión militar desde Caracas donde permanecían bajo arresto en calabozos policiales y llegar a la ciudad de Cúcuta por el Puente Internacional Simón Bolívar, los 59 colombianos -58 hombres y una mujer- (51 de ellos costeños), narraron las duras condiciones que atravesaron durante los casi tres años en territorio venezolano.

Entre el grupo de deportados hubo varios que dejaron su familia en Caracas y se mostraron visiblemente consternados por la separación forzosa.

'Era demasiada injusticia, pasando hambre de todo...pero allá se quedaron mis tres hijos. No me quería venir, pero los abogados dijeron (...) que podían capturarme otra vez', señaló a la prensa Javier Carvajalino, de 44 años.

De igual forma, Fabio Hernández, de 41 años, debió separarse sus tres hijos y esposa, todos venezolanos.

'Tenía mi familia muy bonita y la destruyeron después de todo eso, y para recuperarla va a costar mucho', agregó este colombiano, quien según precisó llevaba diez años en Venezuela antes de su expulsión.

Una delegación de altos funcionarios colombianos les dio la bienvenida en el lugar.

'Estos ciudadanos entraron a Colombia, están en proceso de verificación, pero son ciudadanos que no tienen procesos judiciales pendientes en este país', dijo a la prensa el consejero presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, Francisco Barbosa.