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Han pasado dos años desde el inicio de las obras de restauración del colegio Gabriel García Marquéz, ubicado en el barrio San José. Desde entonces, los alumnos debieron ser trasladados a una sede temporal, con difíciles condiciones de infraestructura. 

Al parecer, el tiempo de la obra se ha extendido a más de dos años, cuando —según los acudientes de los estudiantes— era de 14 meses.

La situación ha puesto en alerta a los padres de familia por los inconvenientes que ha tenido que sortear la población estudiantil. Según ellos, el pasado mes de marzo la Secretaría de Educación y el rector del colegio les anunciaron que en el segundo semestre del año, luego de las vacaciones, los estudiantes regresarían a la sede oficial. 

Sin embargo, finalizó el mes de julio, transcurre el mes de agosto y la paciencia de los acudientes y las incomodidades que viven los estudiantes en la sede alterna, 'no da más espera'. 

En imágenes enviadas a través de Wasapea a EL HERALDO se puede ver cómo varios jóvenes reciben clases sentados en el piso. Según los padres de familia, el hecho obedece a la falta de pupitres. 

A esta situación se suman las aulas estrechas y con poca ventilación, lo que hace aún más compleja la situación.

'Decidimos reunirnos y hablar con el rector, porque no es justo que ya esté lista la nueva sede y nuestros hijos sigan bajo estas condiciones. Antes decían que era por la cancha, y ya está terminada', aseguró Ligia Fortich, madre de una estudiante de cuarto grado. 

Otro acudiente de una estudiante del mismo grado dijo que la solución que les ofreció el rector es incrementar el pico y placa, una medida que implementó el colegio para poder sortear la dificultad de espacio y hacinamiento. 

'Actualmente los niños hacen rotación y cada quince días un curso deja de recibir clases. Ahora pretenden aumentar la medida y seguir desmejorando la calidad educativa', agregó Manuel Soto. 

El rector Víctor Goenega aseguró que la entrega del colegio estaba programada para hoy, pero el acto quedó suspendido. 

También reiteró que en julio no se pudo hacer la entrega, porque las obras que se contrataron en la segunda etapa estaban pactadas para septiembre, y aunque se hizo lo posible por adelantarlas, finalmente no se pudo cumplir. 

Los 1.495 estudiantes que hacen parte de esta institución deberán esperar hasta el 3 de septiembre, fecha que pactó la Secretaría de Educación para entregar oficialmente la institución. 

La Secretaría también dijo que se han cumplido los plazos y que la espera se debe a que el contratista tenía que finalizar las obras de mejoramiento, el arreglo de la cancha y de las zonas exteriores. 

Además explicaron que semanalmente están supervisando el avance de las obras para que la comunidad educativa pueda regresar pronto a su sede original.