Continuar con el enrocado es la 'solución urgente' que se requiere para contener la erosión que se presenta en los kilómetros 17 y 18, de la vía Barranquilla-Ciénaga, en donde el mar acecha, poniendo en jaque la carretera.
Así lo comunicó el gerente de proyectos especiales del Magdalena, Fabio Manjarrés Pinzón, luego que EL HERALDO diera a conocer la alerta. 'Hay que seguirle colocando material…la erosión va caminando y eso lo hemos dicho desde el día uno', anotó.
El funcionario señaló que 'lo bueno en esta oportunidad es que hay un Gobierno que tiene en su Plan de Desarrollo la infraestructura del Magdalena y caso especial los estudios y diseños de la construcción del viaducto del kilómetro 19'.
'Por ahora, lo que toca es buscar recursos como sea para colocar el enrocado mientras, mientras', enfatizó.
A su turno el ingeniero civil Fabián Saumeth Pacheco manifestó que esto que se está viendo en el kilómetro 18 es algo que estaba previsto y explicó que ello es producto de las variaciones o cambios climáticos que hacen que el mar erosione por las partes donde no hay estructura (enrocado).
'Es algo recurrente por períodos de 18 o 24 meses', precisó el profesional que estuvo a cargo de la construcción de los dos primeros tramos del enrocado, en el kilómetro 19 + 150 metros y 19 + 780 metros. Estas obras se levantaron en los años 2014 y 2016, respectivamente. Un tercer trayecto se hizo en 2018.
Explicó que en los actuales momentos en el kilómetro 19 hay 780 metros líneas de enrocado continuo.
Saumeth Pacheco recalcó que 'la necesidad urgente es el kilómetro 18, en donde por lo menos se deben construir entre 150 o 200 metros de enrocado'. 'Esto es algo innegable mientras no haya variante o viaducto', comentó.
'Frustra la pasividad para solucionar'
Por su parte, el presidente del comité Intergremial del Atlántico, Ricardo Plata, manifestó que de manera lamentable la situación la vía Barranquilla-Ciénaga dejo de ser noticia para convertirse en una 'inacción' evidente del Gobierno nacional.
'La no respuesta del Ministerio de Transporte, Invías, Anla y los estamentos ambientales es asombrosa. Esta situación frustra y desconcierta por la pasividad de los entes ante este problema. Los argumentos se agotan y ya no se sabe qué hacer', dijo Plata.
De acuerdo con el dirigente, la vía es de gran importancia para el Atlántico porque es la única que comunica al departamento con el oriente del país.
'No tenemos otra vía. Para comunicarnos con el occidente tenemos tres carreteras: está La Oriental, La Cordialidad y la Vía al Mar, pero para comunicarnos con el oriente solo está la Troncal del Caribe', apuntó el dirigente.
Plata destacó que el olvido de la vía se ve también cuando los índices de inseguridad se disparan y cuando las poblaciones se asientan sobre la berma de la carretera que es de gran importancia para el país.
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'Todo lo que allí ocurre es un problema nacional y no local. Pagamos el peaje más caro de Colombia y aun así no es suficiente para que se tomen las medidas para la construcción de la doble calzada y las soluciones a la erosión costera', manifestó el presidente del Comité Intergremial.
La alerta se genera luego de que este medio constatara que, entre los kilómetros 17 y 18, el mar ha ido erosionando la playa y sus aguas están muy cerca de la vía, a menos de cinco metros, en varios tramos.
Igualmente se pudo evidenciar la presencia de restos de desechos y basuras que las olas han ido depositando en lo que queda de la playa que había en la zona.
A lo largo del kilómetro 17 se observan varias lagunas que ha dejado la crecida de la marea en el lugar. En este punto la distancia entre el mar y la vía no supera los 10 metros.
Un grupo de trabajadores de la Ruta del Sol II manifestó que desde la mañana del lunes han instalando rocas para evitar que el mar erosione 'más fuerte' la vía.
Hasta la mañana del pasado martes los obreros habían colocado más de 75 metros de rocas y piedras en los tramos finales del kilómetro 18.