Las lágrimas de Alfredo Correa Galindo cayeron de sus ojos rojizos en compañía de los dos herederos que todavía le quedan. Raúl y Magda lo abrazaron con cariño, no solo por ellos, sino en representación de Jorge Correa, fallecido, y de Alfredo Correa, asesinado en Barranquilla el 17 de septiembre de 2004. Quince años después de que pronunciara su recordada frase: 'Loco, no dispares', el Estado colombiano le pidió disculpas de manera oficial a su familia.
Rodeado de amigos y admiradores de su trabajo social, el difunto sociólogo recibió honores en las dos instituciones barranquilleras a las que dedicó gran parte de su vida académica: la Universidad Simón Bolívar y la Universidad del Norte.
Como profesor, investigador y como persona noble y buena fue recordado por sus pares académicos, que también lo rememoran como un hombre correcto que vio cómo su nombre fue mancillado por supuestos crímenes que el mismo Estado ayer se encargó de desmentir.
Dando cumplimiento al punto resolutivo número tres de la sentencia del 6 de noviembre de 2018 del Consejo de Estado, se celebró este acto público de reconocimiento de responsabilidad por parte del Estado colombiano en la captura y posterior asesinato del profesor Alfredo Correa de Andreis, arduo defensor de las víctimas del conflicto armado en Colombia y de los desplazados en el Caribe.
En dos actos, uno en la Universidad Simón Bolívar, a las 10:00 a.m., y otro en la Universidad del Norte, a las 2:00 p.m., las partes acudieron para presentar y recibir disculpas, respectivamente, por el crimen en contra de Alfredo Correa de Andreis, ocurrido en la carrera 53 con calle 59. Su padre, Alfredo; sus hermanos Raúl y Magda; su representante, José Humberto Torres, y su esposa, Alba Lucía Glen, quien asistió en representación de su hija Melissa Correa, acudieron a los dos encuentros a escuchar las disculpas públicas que les ofreció el Estado.
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Durante el acto, el director general de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez Alzate, subrayó que 'la detención injusta de su libertad y su posterior homicidio, comprometió la responsabilidad de la Fiscalía General de la Nación y del DAS, entidad que a su vez actuó con la participación de miembros del bloque norte de las autodefensas tal y como lo señaló el Consejo de Estado. Nada justifica este actuar, las autoridades están instituidas para proteger a todas las personas y no para usar de su poder cometiendo crímenes. Era deber de las autoridades proteger al profesor Alfredo, quien se destacó por desarrollar un intenso trabajo académico y social para ayudar a la población en desplazamiento'.
Más que los abrazos y los apretones de mano entre Camilo Gómez Alzate, director general de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, y la familia Correa de Andreis, el evento conmemorativo estuvo marcado por el perdón y las acciones futuras del caso, propuestas por el apoderado de las víctimas José Humberto Torres y anotadas por el vocero del Estado colombiano.
'Nos falta que el Estado colombiano repare a las víctimas, la familia Correa de Andreis, y que inicie la demanda de reparación directa contra el hoy magistrado de la sala penal de Barranquilla Demóstenes Camargo y que sea él quien pague y no los colombianos los daños materiales causados a la familia. Finalmente logramos que el señor Javier Valle Anaya, exdirector del DAS, fuera capturado en los Estados Unidos el año pasado y se encuentra hoy en una correccional de New Jersey y le hemos pedido al Estado que lo traiga al país a contar la verdad de los hechos. Los perpetradores gozan de buen nombre y salario del Estado', dijo el apoderado José Humberto Torres.
Por su parte, Raúl Correa, el hermano del difunto Alfredo Correa de Andreis, señaló que si bien recibir ese tipo de disculpas es 'doloroso', esperan que la decisión sirva para mirar el futuro del país con mayor optimismo.
'Es doloroso para nuestra familia, (…) para mi papá que mañana va a cumplir 96 años, para Magda mi hermana, porque mi mamá y Jorge ya no se encuentran en este mundo. Es doloroso, repito, estar de nuevo en este escenario escuchando palabras que de ninguna manera le van a devolver la vida a Alfredo, pero al mismo tiempo entendemos que se está reconociendo el delito cometido, producto de un asqueroso montaje con pruebas falsas y testigos falsos de la fiscalía de Cartagena, un delito grave, irrepetible para nosotros'.
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