Con un tamaño minúsculo que alcanza unos 23 centímetros, un par de pinzas y cinco pares de patas, que no los hacen más ofensivos, los cangrejos azules se enfrentan a diario con grandes carrocerías que los dejan aplastados en el asfalto, en la vía que conecta a Las Flores con La Playa. Ese es el panorama que se aprecia a diario en la Circunvalar II o Circunvalar de la Prosperidad, uno de los tramos que colinda con la Ciénaga de Mallorquín, hábitat natural del crustáceo. A través de Wasapea a EL HERALDO, usuarios reportaron el hecho como un 'crimen ecológico' al que las autoridades ambientales 'no les han puesto la atención que merece', teniendo en cuenta que el año pasado en la misma época, también se alertó la misma situación. De acuerdo con el biólogo y especialista en Zoología de la Universidad del Atlántico, Luis Carlos Gutiérrez, la situación es originada por 'el proceso natural migratorio' que emprenden los crustáceos, intentando cruzar por la avenida. Empero, este proceso se interrumpe por el muro de concreto que separa la vía. Son unos 11 metros los que recorren los cinco pares de patas de los cangrejos desde su hábitat en la Ciénaga de Mallorquín hasta el separador vial. 'En muchos casos no regresan y eso es evidente haciendo un recorrido por la vía', dice el biólogo.