La muerte de dos menores, Jesús David Mercado y Saith Yance Zamur, tras ser arrastrados por la fuerza de dos arroyos en la ciudad, hechos registrados en menos de una semana, alertó a las autoridades de Barranquilla, que hicieron un llamado a los padres de familia para que sean más estrictos en el cuidado y supervisión de sus hijos.
El primer caso ocurrió cuando Jesús David, de 12 años, se lanzó al arroyo, en medio de un juego de amigos, y fue arrastrado por la corriente que atraviesa el Jardín Botánico. El segundo caso se registró cuando Saith Yance, de 14 años, jugaba con unos amigos cerca del arroyo León, en la calle 115 con carrera 16, del barrio Los Ángeles I.
Pero qué puede estar pasando, teniendo en cuenta que según información de la administración distrital en los últimos 10 años se han canalizado 66 kilómetros de arroyos, de los cuales 19 kilómetros han sido canal cerrado y 47 kilómetros en canal abierto. Obras cuyo propósito es 'salvar vidas'.
Al hacer un análisis de la situación, Jair Vega, profesor del Departamento de Comunicación Social de la Universidad del Norte, señala que en relación con el tema de los niños y los arroyos podría hablar de dos facetas relacionadas con lo que se ha llamado cultura ciudadana y que tienen que ver básicamente con las adaptaciones culturales que se requieren en la medida en que se van dando cambios en la ciudad.
Para el especialista, es común, sobre todo en los barrios populares, que durante los aguaceros las personas, incluidos los niños, salgan a la calle a caminar, correr y en general a bañarse con el agua lluvia.
Desde su punto de vista, esta situación requiere la promoción de un cambio en este tipo de costumbres, pues ya no son seguras para la comunidad y mucho menos para los niños y niñas.
Esto lleva a una segunda fase, la cual tiene que ver con la inversión estatal, pues no trata solo de invertir en la transformación de la infraestructura de los arroyos, sino también en la necesidad de invertir en cultura ciudadana, de tal forma que los riesgos de los arroyos se minimicen no solo con su canalización, sino también en el uso que la gente hace de la ciudad.
Por su parte, Edimer Latorre, sociólogo del programa de Sociología de la Universidad del Atlántico, asegura que existe una fuerte tendencia a la existencia de familias donde es notoria la ausencia de padre y madre; esto hace que muchos menores no tengan controles familiares, sumado a esto la excesiva flexibilidad de las jerarquías hace que los jóvenes cada día asuman dinámicas personales signadas por la autonomía, que en ocasiones propicia permisivismo y tragedias como esta.
Compromiso de todos
El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char manifestó a través de su cuenta de Twitter que el propósito común de vivir en una Barranquilla sin arroyos requiere el compromiso total de la ciudadanía.
'El joven Saith Yance también se encontraba bañándose con amigos cuando fue arrastrado por las aguas en el cauce del arroyo León. Por esta razón exhorto a los padres de familia barranquilleros para ser más estrictos en el cuidado y supervisión de sus hijos'.
Agregó que el bienestar y la seguridad de los niños y jóvenes es una prioridad para la Alcaldía de Barranquilla, pero 'requerimos para ello el concurso ineludible de los padres de familia...', sostuvo el mandatario distrital.