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La incertidumbre reina entre la comunidad educativa de la Universidad del Atlántico debido a la asamblea multiestamentaria que se desarrollará mañana, con el objetivo de definir el futuro del actual semestre académico.

En dicho espacio, los estudiantes determinarán su posición con relación a la coyuntura que viven las universidades públicas en el país, que se han visto 'amenazadas' por la aprobación del artículo 44 del Presupuesto General de la Nación, que destina recursos propios de los centros universitarios para el pago de sentencias judiciales.

La posibilidad de que en esta instancia se declare un paro tiene expectantes a los alumnos, docentes y personal administrativo de la alma mater, debido a los 'retrasos' que podría acarrear en los procesos formativos que se adelantan en la universidad.

Carlos Prasca, rector de la Universidad del Atlántico, sostuvo que decretar un paro en este momento sería 'inaudito', teniendo en cuenta que faltan seis semanas para finalizar el actual semestre.

El directivo puso de presente que al interior de la institución se ha hecho un 'gran esfuerzo' para que este año se desarrollen tres semestres académicos, teniendo en cuenta el paro que se vivió en el segundo semestre de 2018.

'En la universidad se diseñó un calendario muy riguroso y exigente, casi que sin pausas y vacaciones, para culminar los tres periodos académicos. Es inconcebible que ahora se pueda presentar un paro, afectando el esfuerzo realizado durante estos meses por el profesorado y los estudiantes', sostuvo Prasca en diálogo con EL HERALDO. 

Prasca también explicó que si se presenta un paro, el Consejo Académico deberá decretar la suspensión del semestre debido a la alteración del calendario académico, trayendo afectaciones para toda la comunidad estudiantil. 

'La norma dispone que se debe suspender el semestre, así como el pago de salarios para los docentes catedráticos y ocasionales', expresó. 

Asimismo, el rector de Uniatlántico hizo un llamado a los estudiantes para que actúen con 'cordura' y se decanten por otros escenarios para expresar sus diferencias sin afectar las diferentes actividades académicas.

'Desde ningún medio vamos a desvirtuar las manifestaciones como las asambleas y marchas, al contrario, las protegemos en el marco de las actividades que se viven al interior de una universidad pública', agregó Prasca.

La suspensión del semestre –que implica que las actividades académicas se reanudarán una vez se logre la normalidad y el retorno a las aulas de clases– es el paso previo para la cancelación, figura que obliga a comenzar todos los procesos desde un punto cero ante la imposibilidad de lograr un acuerdo entre los estudiantes y los directivos.