Cristina Contreras llegó a votar al Megacolegio Las Cayenas, a unas cuantas cuadras de su casa, poco antes de las 10:30 de la mañana de este domingo. Allí hizo la fila, se registró en el puesto de biometría a las 10:33 y se dirigió a la mesa 18 donde le indicaron debía ejercer su derecho.
Pero lo que sería una jornada normal de recibir tarjetones, marcarlos y salir del lugar con la sensación del deber cumplido, se convirtió para ella en mañana de ires, venires y pocas soluciones.
'Cuando llego a la mesa me dicen ‘usted ya votó’. Yo me sorprendí porque no había votado', cuenta a este medio la mujer de avanzada edad.
Según relató Cristina, esa no fue su única mala noticia del día, pues la falta de soluciones de los representantes de las diferentes autoridades que hacen presencia en su punto de votación terminaron por no dar solución a su problema.
'Primero se había pensado que era un error de dígito, un número mal escrito o algo así, pero nos regresamos a biometría y efectivamente estaba bien su número y además logramos verificar que nadie más había hecho registro ahí porque había una sola impresión de su huella. Eso quiere decir que la inconsistencia estuvo en la mesa de votación', asegura Liceth Colina, hija de la mujer afectada y quien la acompañó durante el proceso.
Para atender este tipo de casos los entes de vigilancia designan representantes en cada puesto de votación. A pesar de ello, Cristina asegura que ninguno pudo ayudarla a ejercer su derecho al voto.
'El delegado de la mesa dijo que no podía hacen nada porque ya habían votado por ella. En la mesa dijeron que ellos no se quedaban con los papeles de biometría y se lo regresaban a las personas. Los de la Registraduría no nos dieron solución y uno del CTI llegó en la mañana, nos dijeron que ya se había ido y no volvió más. El único que nos ayudó fue un oficial de la Policía que hizo un registro del caso y nos dijo que fuéramos a la URI a la poner la denuncia', cuenta la mujer.
Sobre esto, en un video grabado por los testigos del hecho, uno de los jurados de votación aseguró que los papeles de biometría eran recibidos y luego regresados a los electores y que 'no les explicaron que ese papelito se tenía que guardar'.
Finalmente, y luego de casi tres horas preguntando en un lado y en otro, Cristina Contreras decidió irse a su casa pasada la 1:00 de la tarde sin la posibilidad de cumplir su deber con el Estado.