A las 10:30 de la mañana las calles del Paseo Bolívar sintieron las pisadas de los marchantes del paro nacional ‘21N’.
Grupos de millo, Lgbti, ancianos, niños, bicitaxistas, minoristas de cigarrillos, vendedores de tinto, pensionados, profesores, estudiantes, periodistas, políticos, músicos, conductores de camionetas, poetas, sindicalistas, hacedores del Carnaval, pensionados, mendigos, comerciantes y motociclistas, entre otros, conformaban en un plano general la reunión pacífica de la sociedad que habita en Barranquilla y su área metropolitana.
Así, entre ese cúmulo de personas, las cinco marchas que caminaron por la capital del Atlántico este jueves desembocaron una a una hasta las 12:40 del mediodía en el Paseo de Bolívar, en la calle 34 entre las carreras 45 y 43. Todo bajo una temperatura de 34 grados centígrados y el preludio de las brisas de diciembre.
El Bolívar encapuchado. Los estudiantes de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico vestían de negro. En su teatralización callejera asistían al velorio anticipado de 'la muerte lenta' del recinto, ubicado en el barrio Prado, que albergó a gigantes del arte colombiano como Alejandro Obregón y Ángel Loochkartt, y que hoy se cae a pedazos ante la mirada de las autoridades.
El colofón de su performance ocurrió a un lado del monumento ecuestre del Libertador Simón Bolívar, que este año cumplió un siglo en Barranquilla.
Dicen testigos que una de las jóvenes, vestida de negro, subió al monumento y luego decenas de estudiantes la acompañaron. Un compañero, más osado, se subió al caballo de bronce para ondear la bandera de Barranquilla. Luego, pidió una camiseta con la que dejó encapuchado al Libertador de cinco naciones de América. Los aplausos, las fotos y videos no se hicieron esperar, así como las arengas en contra del Gobierno del presidente Iván Duque Márquez.
'El movimiento estudiantil hoy dio cátedra de resistencia, de cultura, de arte. Fue algo muy bonito que nos llenó de mucha emotividad. Fue algo realmente espontáneo y mucha gente lo aplaudió', contó Fabián Salcedo, estudiante del programa de Historia de la Universidad del Atlántico.
Sobre el acto de encapuchar a Bolívar dijo: 'Como estudiantes reconocemos que la lucha se debe hacer de forma pacífica, abierta. Si bien hay personas que acuden a vías de hecho se les respeta su decisión, pero eso no recoge el sentir de todos los estudiantes, cubrir el rostro del Libertador es una forma, entre comillas, de desmarcarnos de esa relación que existe siempre del vandalismo y la capucha'.
A las 6 de la tarde, Bolívar nuevamente tenía su rostro descubierto. Ya no se escuchaban arengas y pitos. 'Parece que fuera primero de enero', dijo un desprevenido vendedor de chicles y cigarrillos que buscaba afanado un bus para regresar a su casa.