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Las periodistas de EL HERALDO Cheyenne Luján y Mery Granados, junto a otros tres periodistas, fueron retiradas de una manifestación de estudiantes, bajo el puente de la calle Murillo con Circunvalar, y posteriormente retenidas en un camión de la Policía, en el que también fueron ingresados manifestantes.

Las reporteras de esta casa editorial llegaron al lugar de los hechos a las 10:30 de la mañana, momento en el que cerca de 100 estudiantes se manifestaban en contra del gobierno de Iván Duque y a favor del paro nacional. Desde ahí, quienes marchaban se movilizaron hasta el sector de Las Cayenas, en donde empezó la confrontación con las autoridades. Con arengas, banderas y carteles iniciaron las protestas.

Las reporteras escucharon cuando los delegados de la Defensoría hablaban con los policías sobre el acuerdo al que habían llegado los manifestantes de no ocupar más de un carril durante la marcha. Ante la negativa de retirarse de los otros carriles, los uniformados les advirtieron que en quince minutos llegaría el Esmad para retirarlos, pero –cuentan las periodistas de EL HERALDO– el escuadrón antidisturbios llegó al lugar en menos de cinco minutos.

Minutos antes, desde un dron de la Policía, funcionarios de la Administración distrital ya habían reconocido a Luján y a Granados. La fotógrafa recibió una llamada a su celular de un funcionario público, quien le manifestó que tuviera cuidado mientras trabajaba, que la estaba observando.

En un momento de la manifestación, Luján y Granados fueron increpadas por algunos estudiantes que las señalaban de ser infiltradas de las autoridades. Esto las motivó a guardar sus acreditaciones en sus bolsillos por seguridad. Sin embargo, aseguran que después cuando fueran abordadas por los agentes del Esmad se identificaron ante ellos para evitar ser retenidas.

Haciendo caso omiso a sus identificaciones, dos integrantes del Esmad, agarrándolas de los brazos y de las camisas, las retiraron de la marcha, no sin antes obstruir con sus escudos la toma de fotografías durante los enfrentamientos con los estudiantes, que para ese momento –cuando era cerca de la 1:00 de la tarde– ya eran solo alrededor de 60.

'Llévense a esas periodistas', escucharon Granados y Luján mientras las ingresaron al camión de la Policía, cuyo destino inicial era la Unidad de Reacción Inmediata. Aunque, cuando el vehículo se puso en movimiento, pasaron cuarenta minutos hasta que regresaron al mismo punto, en el que subieron a estudiantes retenidos durante la marcha y bajaron a las periodistas, que fueron transportadas hacia la estación Los Almendros.

Aún con sus identificaciones a la mano, y ante los intentos de explicarle a los policías que eran periodistas de EL HERALDO, los uniformados las subieron al camión, no sin antes –denuncian– agredir al periodista Carlos Cordero, que hacía un reportaje para el Washington Post, y decomisarle por más de una hora su cámara fotográfica.

Después de unas dos horas, los comunicadores fueron liberados y le devolvieron el equipo fotográfico a Carlos Cordero.