La mano del hombre puede convertir a la naturaleza en una herramienta para lograr algunos fines, pero al tiempo corre el riesgo de destruirla -con o sin intención- solo con cambiar su curso, porque al final hará que se pierda el equilibrio, la esencia, incluso creyendo hacer lo correcto.
Esto es lo que pasa cuando un ser humano trata de desviar el cauce de un río, abre un boquete en una ciénaga para pasar embarcaciones o tala árboles. Los resultados se ven año tras año, desastres naturales que acaban con poblaciones enteras. Un grupo de investigadores conformado por docentes y alumnos de la Universidad de la Costa y la Universidad de Antioquia, trabajó en colaboración para estudiar los cambios que estaban teniendo las playas cerca de la ciudad de Turbo, Antioquia y los efectos de la desviación del curso, en 1958, del delta del río Turbo, en el Golfo de Urabá.
Los estudiosos señalan que las desviaciones artificiales de los ríos provocan cambios intensos e impredecibles en la evolución geomorfológica y sedimentaria. Por ello, a través de imágenes satelitales recientes, monitorearon la topografía de las playas para obtener la migración a la costa y presupuesto de sedimentos.
El investigador de la Universidad de la Costa Rogério Portantiolo Manzolli, doctor en Geología marina costera, hizo parte de la cooperación procesando los datos obtenidos para el análisis. Explica que en el punto estudiado llega mucho sedimento por el río, lo que produce cambios muy rápidos que alteran la dinámica de la ciudad. 'Se formó una ciénaga por el sedimento que fue cerrando la bahía que era usada por los pescadores, pero como se cerró, hicieron una abertura artificial, lo que causa un problema en la dinámica sedimentaria que adultera los procesos naturales'.
Agrega que, aunque la circulación de agua de la ciénaga se vio afectada, no presentó un problema de gravedad. 'Hacer esas alteraciones impacta en las playas adyacentes. Entonces, cuando el hombre abre un canal artificial, hay un flujo de agua y todo el sedimento acaba yendo para la parte más profunda y no regresa, por ende, se interrumpe el proceso natural que tiene la arena', explica Portantiolo.
La investigación y los hallazgos de la misma quedaron consignados en el artículo Sediment Bypassing from the New Human-Induced Lobe to the Ancient Lobe of the Turbo Delta (Gulf of Uraba´, Southern Caribbean Sea) –‘Desvío de sedimentos desde el nuevo lóbulo inducido por humanos hasta el antiguo lóbulo del delta del turbo (Golfo de Urabá, Mar Caribe sur)’-, publicado en la revista Journal of Coastal Research, que demuestra cómo un sistema de laguna-barrera de arena inducido por el hombre, dio como resultado una costa estable o ligeramente regresiva, en el sector de Yarumal, y que la escupida de barrera ha generado un nuevo desvío de sedimentos a la playa de Barajas.
Mediante el monitoreo de la topografía de las playas se muestrearon estacionalmente los sedimentos superficiales y se determinaron sus parámetros de tamaño de grano; y las direcciones estacionales de transporte de sedimentos se dedujeron de acuerdo con las tendencias del tamaño de grano. El estudio concluyó que el régimen de olas bimodales controla los patrones sedimentarios estacionales asociados con el transporte hacia el sur de la costa durante las estaciones seca y lluviosa, y el transporte hacia el norte de la costa se produce en la sequía de verano.
El estudio explica que la morfodinámica de las playas de Yarumal Point, cerca de la desembocadura del río actual, muestra que este es el sector más expuesto a las olas, mientras que las entradas de sedimentos fluviales se evidencian por una disminución en el tamaño medio del grano y por sedimentos mal clasificados en la temporada de lluvias. Relata que se está formando una nueva saliva en Yarumal Point, con un aumento intenso en el área y una programación hacia el oeste relacionada con las altas entradas de sedimento fluvial del evento del fenómeno de La Niña de los años 2010 a 2012 y baja erosión de los eventos de El Niño de los años 2009 -2010 y 2015-2016.