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En su segundo día de funcionamiento, el nuevo puente Pumarejo sigue recibiendo a decenas de personas que llegan con la intención de conocer esta megaestructura, que ha sido catalogado por propios y visitantes como una majestuosa obra arquitectónica.

Jóvenes, niños y adultos, con cámara en mano, cabellos despeinados y brazos abiertos posan en las barandas que divide la zona peatonal de los carriles del puente y dejan plasmada una sonrisa de oreja a oreja en una fotografía de recuerdo.

Las ventoleras decembrinas, que se sienten aún más fuertes en el puente, refrescan a los vendedores veteranos que transitan con dificultad en bicicleta y a los viajeros que se van arrimando a los costados de la vía en sus motos y carros para apreciar los detalles del puente.

Desde las 5 de la mañana, Antonio Daza, quien se presenta como el primer vendedor ambulante ubicado en el puente, se instaló en la zona peatonal para ofrecer a los turistas jugo de naranja, agua, Gatorade, cervezas y gaseosas.

'Mi puesto oficial era la rotonda de la 17, pero como vi que hicieron el puente nuevo, me vine para acá para incrementar las ventas. Sobre todo hoy, fin de semana, porque se vienen las familias', cuenta rodeado de varios clientes que disfrutan de unas cervezas.