Puerto Mocho dejará de ser el sitio conocido popularmente como el destino final de los candidatos que resultan derrotados en las urnas para convertirse en la apuesta turística de Barranquilla. El único balneario de la ciudad (los otros están ubicados en municipios costeros) se encuentra a un costado de una angosta franja de tierra que lo separa de la Ciénaga de Mallorquín.
El nombre de esta playa ha sonado con mayor fuerza en los últimos días tras el anuncio del alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, de trabajar en la recuperación de la Ciénaga de Mallorquín, la playa de Puerto Mocho y los cuerpos de agua de la ciudad. Inclusive, en su discurso de posesión dijo que muchos han escuchado de Puerto Mocho, pero no saben dónde queda, y tampoco saben que es la playa que 'integra la ciudad al gran Caribe'.
De hecho, el plan de desarrollo del gobierno de Pumarejo contempla el impulso del turismo sostenible y responsable con el medio ambiente, el cual tiene como prioridad la recuperación de la playa urbana en Puerto Mocho, así como el tren turístico con un museo a cielo abierto dedicado a los inmigrantes.
A Puerto Mocho, la administración de Pumarejo llevará servicios públicos, organizará y acompañará a los vendedores que viven ahí informalmente para que reciban capacitación, para impulsar el turismo.
'Trabajamos para consolidar el turismo de eventos, la generación de nuevos atractivos turísticos urbanos, culturales y ecológicos, y para convertirnos en una nueva alternativa de turismo nacional e internacional', afirmó Pumarejo Heins.
El alcalde aseguró que esta zona se convertirá en un atractivo más de 'la Barranquilla turística'.
Adicionalmente, el plan contempla la recuperación de la Ciénaga de Mallorquín, que incluirá ecoparque con senderos ecológicos, miradores palafíticos y zona habilitada para practicar deportes náuticos.
Además se hará el saneamiento básico de la ciénaga para impulsar la pesca y desviar las aguas residuales que hoy llegan a la ciénaga para que vayan a una planta de tratamiento y después verterlas al Río Magdalena.
'Esto promoverá la dignificación y tecnificación de la pesca, dándole a los pescadores capacitación y capital semilla para que ellos, mediante mecanismos tecnificados de siembra de alevinos, puedan mantener la tradición viva, pero con mejores ingresos', dijo Pumarejo.