Paola Meléndez hace su internado médico en La Misericordia Clínica Internacional. Es usuaria frecuente de las rutas alimentadoras A8-2 Vía 40 y A7-4 Los Andes. Sale de su casa con la mejor actitud para poner en práctica sus conocimientos en Medicina y el juramento hipocrático que aún no recita, pero que en estos días se hace más que necesario por las condiciones sanitarias adversas que afronta el país en el periodo de mitigación de la pandemia COVID-19.
Ella es un ejemplo de las miles de personas que ponen su vida al servicio de otros, como médicos, enfermeros, camilleros, paramédicos, psicólogos, trabajadores sociales, cocineros, personal de aseo y atención al usuario, quienes no pueden quedarse en casa porque están en la línea de frente, de cara a los pacientes que requieren atención médica.
'¿Qué sería de nosotros sin Transmetro? Yo no sé. Para mí y varios de mis compañeros es la mejor opción, porque vivimos en diferentes barrios de Soledad y trabajamos al norte de Barranquilla, usar otro medio de transporte nos sale más caro. Mientras que yo cojo la ruta A2-1 Hipódromo, hago transbordo en la estación Joaquín Barrios Polo, cojo un R1, llego a Joe y ahí me voy en un bus de U-30, y pagué un solo pasaje', afirmó Enrique Rojano, camillero.