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Una larga fila se forma a diario frente a la Sala SIP de Coomeva EPS, en la carrera 58 con calle 74, en Barranquilla, por parte de decenas de ciudadanos que en la mayoría de los casos se ven forzados a romper la cuarentena y salir de sus casas en busca de medicamentos y autorizaciones para citas médicas para sí mismo o un familiar.

La mayoría son adultos mayores quienes cuenta una historia similar, salen de casa, pese al aislamiento preventivo obligatorio dispuesto por el Gobierno Nacional para frenar el contagio de la COVID-19, forzados por la necesidad y desesperados porque el número de teléfono que entregó la EPS para brindar atención a sus usuarios ‘nunca lo contestan’.

Es el caso de Gustavo Adolfo Prasca, de 76 años, quien tuvo que salir de su casa en el barrio Olaya, tomar un bus y llegar a Coomeva a buscar unas pastillas que hacen parte del tratamiento de su esposa aquejada por un cáncer.