El bajo calado en el canal de acceso al Puerto de Barranquilla ha generado pérdidas a este sector por USD3.5 millones entre marzo y abril, meses en los que la economía mundial se ha visto en jaque debido a la pandemia del coronavirus.
La preocupación de las diferentes terminales portuarias de la ciudad se expande como la COVID-19, al ver cómo semana tras semana la carga que debería entrar y salir para dinamizar la economía barranquillera se afecta por las bajas profundidades en el río Magdalena.
La situación se torna no solamente preocupante, sino también ilógica para los portuarios, toda vez que se encuentra vigente un contrato de más de $22 mil millones para mantener en óptimas condiciones la navegación a lo largo de los 22 kilómetros del canal local.
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En ese sentido, portuarios, industriales y autoridades locales se preguntan por qué el consorcio Shanghai-Ingecon no está cumpliendo con los ciclos de dragado para mantener un canal de 10 metros de calado. ¿Por qué la draga china ‘Hang Jun 5001’ no realiza sus labores aun cuando las condiciones meteomarinas son favorables y conocidas previamente en los términos de referencia del contrato? ¿Por qué Findeter, como contratante, y Cormagdalena como responsable de la navegabilidad por el río, no hacen cumplir el contrato que está vigente?, ¿Qué actuaciones ha realizado la interventoría, a cargo de IEH Grucon y contratada por casi $1.000 millones?.
Lo cierto es que mientras el río de incógnitas se resuelve, el canal de acceso, una vez más, continúa padeciendo por un dragado 'constante y eficiente' y la ciudadanía afectada por los sobrecostos que se genera en toda la cadena logística.