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Los últimos días no han sido los mejores para la familia Ibáñez Arrieta. El vendaval del pasado 19 de mayo en Barranquilla los dejó prácticamente sin nada. Su casa, ubicada en la carrera 2C con calle 79-19, barrio Santo Domingo de Guzmán, quedó destechada. Los pedazos de eternit permanecieron por algunos días tirados en el piso. Algunos de ellos al caer destrozaron lo poco que tenían, como un televisor, el que usaba la pequeña Salomé para distraerse en estos días de 'encierro' por la cuarentena de la COVID-19.

La lluvia acabó con todo. Se mojaron colchones, ropa, electrodomésticos, papeles, entre otros. Levantarse es un reto para la familia compuesta por Roberto Ibáñez, un vendedor de aguacate y guineo en la calle, y para Belkys Arrieta, quienes no cuentan con ningún tipo de ayuda y viven del día a día, del rebusque, de lo que le depare cada jornada.