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La decisión de paz de Gustavo Pérez no se limitó al acuerdo firmado entre el Gobierno y las Farc, 20 años antes dio el primer paso de los varios que daría para cambiar el escenario de violencia de El Pueblo, un barrio ubicado en el suroccidente de Barranquilla que ocupa el puesto número 20 en el ranking de los 165 en los que más riñas se presentaron durante el 2019 en la ciudad.

En ese entonces, Gustavo decidió empezar a dejar la vida de conflicto en la que vivía y empezó a estudiar. A los 40 años, cuando la gente de su barrio le decía que 'loro viejo no da la pata', se graduó de bachiller.

Los pasos siguientes que dio parecerían solo una escalera de metas personales. Pero la necesidad de reconstruir el tejido social de su comunidad es indisoluble a su vida. Por eso, trabaja ‘hilando’ lazos de esperanza para que la pandémica violencia deje de azotarlos.

'Fui cogiéndole amor a la escuela. Yo era litógrafo y mecánico de impresiones, así que me fui a Bogotá a hacer una pasantía en el Centro de Artes Gráficas con el apoyo de un programa social, hice unos cursos y después estudié en el SENA', contó.