Para los comerciantes del Centro de Barranquilla, el mal tiempo empieza a quedar atrás. La esperanza se ha convertido en su principal premisa durante las últimas dos semanas, luego de que se levantara la restricción para la atención presencial de público.
Registros en las puertas de acceso a los locales, toma de temperatura y desinfección de manos y calzado son algunos de los 'nuevos rituales' que deben cumplir los clientes, quienes poco a poco vuelven a realizar sus compras en este sector de la ciudad.
Aunque durante las primeras semanas se presentó una baja afluencia de clientes en los locales, la nueva fase del ‘pico y cédula’ (que habilitó números pares e impares para las salidas esenciales) ha posibilitado un incremento importante en las ventas.
'En las últimas semanas se ha visto una reactivación esperanzadora. La habilitación de más números de cédulas ha ayudado a tener un flujo mayor de ventas', indicó Alejandro Zuluaga, gerente del Centro Comercial Colombia.
Zuluaga también sostuvo que siguen atravesando por una 'dura situación' puesto que han debido incurrir en gastos adicionales para el funcionamiento de los protocolos.
Yasulis Solano, administradora de un local de ropa, sostuvo que las nuevas medidas sanitarias han tenido cierto impacto en las dinámicas de venta: 'Muchas personas están dudosas de comprar por el tema de que no se pueden hacer cambios y/o medirse las prendas en el local. Hay momentos que hay movimiento de clientes, pero en otros momentos baja'.
A su turno, Angie Esparragoza, trabajadora de una joyería, indicó que son conscientes de que la temporada final del año no tendrá el mismo movimiento de años anteriores.
'A pesar de eso, esperamos que se pueda recuperar un poco la dinámica, después de estar casi tres meses cerrados', dijo.