Una luz de esperanza. Ese es el significado que la reactivación de las operaciones en el aeropuerto Ernesto Cortissoz ha tomado para Anderson Moreno Silva.
Hace dos meses este hombre adquirió su boleto para Bogotá con un solo objetivo: poder auxiliar a su hermano y su familia, quienes quedaron ‘varados’ en Villavicencio a causa de la pandemia.
'Estoy esperando desde hace meses este momento, de poder trasladarme hasta allá para poder traer a mis familiares hasta Barranquilla. Este tiquete lo compré en junio, aun cuando no había certeza de esta reapertura', aseguró el hombre, quien fue uno de los primeros en llegar hasta la terminal aérea, donde se encontró con un estricto protocolo de bioseguridad que contempla el uso obligatorio de tapaboca y el ingreso exclusivo de pasajeros.
A pocos metros de él, Ricardo Iguarán aguardaba ansiosamente el momento de cruzar la entrada principal del Cortissoz y así poder trasladarse hasta la capital del país para atender varios compromisos personales.
'Este viaje lo tenía aplazado desde que empezó la cuarentena. La seguridad es algo muy personal y el deber de cada uno es reforzarla en cada momento', explicó.
Para viajar junto a su nieta de 7 años, Gloria Bahamón ha extremado todas las precauciones y así poder cumplir su anhelo de regresar a su hogar en Medellín luego de cinco meses por fuera.
'Ha sido una larga espera para regresar a casa. Aunque el miedo nunca desaparece del todo, estamos tranquilas porque hemos tomado todas las medidas necesarias para poder volar', dijo la mujer.