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A medida que Barranquilla le hacía frente a la crisis sanitaria, y que los ciudadanos comprendían que había que empezar a convivir con el virus, poco a poco el Gran Malecón comenzó a recobrar su vitalidad.

Durante casi cinco meses, la dinámica del espacio público se detuvo para mitigar los efectos de la pandemia.

Hoy, abanderando la cultura del autocuidado y el vínculo con la naturaleza de la primera biodiverciudad de Colombia, este espacio abre nuevamente para contribuir al desarrollo de Barranquilla.

Los más de 463.000 visitantes acogidos desde agosto han respetado todas las medidas de autocuidado, incluyendo distanciamiento físico, lavado de manos, uso obligatorio del tapabocas, control de aforo y regulación de las actividades permitidas. Los 50 guías del Gran Malecón, los orientadores de Tránsito y la Policía Metropolitana han sido guardianes de esta labor.

'Nuestro malecón es un escenario de esa ciudad atractiva y próspera que queremos mostrarle al mundo porque lo tiene todo. Con el Puerta de Oro y la Caja de Cristal, seguiremos consolidándonos como destino turístico de eventos y negocios', agregó Plata Sarabia.