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El consumo de alimentos en los hogares registró importantes variaciones con la llegada de la pandemia al país. Por un lado, los millones de colombianos que tuvieron que aislarse en sus casas se volcaron a la compra de productos no perecederos como arroz, huevo y papa, mientras que la demanda de otros decayó.

Esta tendencia también se reflejó en la inflación de alimentos que en marzo, abril y mayo fue positiva y que entre junio y octubre ha entrado en terreno negativo. El pasado octubre se ubicó en -0,32%.

'Esto tiene un efecto dominó', aseguró el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, quien señaló que la caída de precios tiene un impacto negativo en los productores, pero es aprovechada por el consumidor final.

Para el dirigente gremial, la reducción de los precios se debe a la caída en la demanda de alimentos como resultado del aumento del desempleo en medio de la pandemia. Los más afectados fueron los trabajadores informales, que representan casi la mitad de la población ocupada en Colombia, que es de unos 20 millones de personas, pues al dejar de recibir ingresos tuvieron que refugiarse en la compra de productos básicos como arroz, huevo y papa, dejando de adquirir otros.

A esta población se suman los hogares que mantuvieron sus empleos, pero con menores ingresos, por lo que decidieron frenar su consumo y enfocarlo en productos no perecederos.

A medida que el ingreso de un hogar sea menor, mayor será el peso que tenga sobre este el gasto de alimentos. Es por ello que durante el aislamiento los colombianos se las han ingeniado para adquirir productos que ofrecen mejores precios y que puedan almacenar; es decir, no perecederos.

Datos del Departamento Nacional de Estadística (DANE) indican que en Barranquilla el porcentaje de hogares que consumía un promedio de tres comidas al día se redujo a la mitad durante la pandemia, pasando de un 82,0% a un 44,3% (septiembre 2020).

El director del DANE, Juan Daniel Oviedo, explicó que en Colombia, al comienzo de la cuarentena, los hogares decidieron hacer compras de productos alimenticios como arroz, huevo y papa, en lo que denominó una 'economía de crisis o pandemia', por lo que la alta demanda disparó los precios. Las lentejas, plátano y carne de res también estuvieron entre los más consumidos.

Sin embargo, esta tendencia ha cambiado con la reactivación de las actividades. 'Los hogares modificaron sus misiones de compra, prefieren abastecerse más para salir menos, pero hemos evidenciado disminución de gasto por producto a medida que vamos avanzando en los meses', señaló Juan Caro, director comercial de la división de consumo masivo de Kantar.

Jorge Bedoya indicó que otro de los factores que afectó el consumo de alimentos fue el cierre de restaurantes y establecimientos comerciales de venta de alimentos preparados.

Pero la caída de los precios de los alimentos también tiene otras explicaciones. En el caso del banano, que se comercializa en Barranquilla, se encuentra que ha bajado de precio en un 28% porque los cultivadores de la zona bananera del Magdalena decidieron recoger antes la cosecha, para minimizar las pérdidas que pudieran tener por la temporada invernal.

El presidente de la SAC afirmó que en la medida que avance la reactivación bajo las medidas de bioseguridad y se reduzca la informalidad laboral, el panorama cambiará y mejorará el consumo. 'El Gobierno ha hecho lo que puede, pero también insistimos en la necesidad de una reforma laboral que permita bajar la informalidad laboral'.