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Un puño tras otro, un golpe en el estómago o una agresión verbal pueden estar registrándose en este momento en el interior de una casa en cualquier sector de Barranquilla, pero dentro de las cuatro paredes o por un silencio por temor, el ataque no se escuchará y todo terminará así, sin denuncia, sin pruebas y otra vez, sin justicia. Este hará parte de la nefasta lista de casos de violencia intrafamiliar que no son escuchados por las autoridades. 

En noviembre pasado, EL HERALDO publicó la historia de Kelly Asís Miranda, una mujer de 27 años y oriunda de Fonseca (La Guajira), quien afirmó haber sido golpeada por, al parecer, su expareja sentimental.

Kelly relató que luego de que le dijera al hombre, de 27 años también, que no quería seguir con él, este la llevó a un apartamento en el que habían vivido antes. Al llegar, Asís le insistió en que lo mejor era 'dejar las cosas así', pero el presunto agresor se abalanzó sobre su cuerpo y con sus piernas aprisionó el cuello de la mujer que minutos después se desmayó.

Cuando se despertó, no dudó en denunciar a su expareja. Inmediatamente las autoridades le abrieron el proceso judicial al supuesto agresor. Ese fue uno de los casos que se reportaron en 2020 y que elevaron la cifra de agresiones.