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La dinámica natural del río, especialmente entre finales de un año y los primeros meses del siguiente, cundo se registran vientos con mayor intensidad, ocasiona variaciones en la profundidad del canal de acceso al Puerto de Barranquilla, que termina en crisis por la imposibilidad de que algunos buques con carga ingresen a la zona portuaria, debido a la alta sedimentación que se posa en el fondo.

Sin embargo, algo similar ocurre en épocas de invierno cuando el Magdalena arrastra altas cantidades de residuos a lo largo de su recorrido, desde su nacimiento hasta la desembocadura, en Bocas de Ceniza.

Si bien la actividad portuaria se ve afectada anualmente por este fenómeno, en los últimos meses por las restricciones propias de la declaratoria de pandemia ha mostrado un comportamiento diferente y de mayor preocupación, especialmente por la disminución en el número de embarcaciones que han ingresado a la zona.

Cada año, la ciudad de Barranquilla es noticia por las crisis generadas en el puerto local a causa de que es imposible que barcos de gran calado ingresen por el canal de acceso, y por la opción de aligerar carga que afecta la actividad comercial por los costos de esa alternativa.

Dirigentes del sector portuario de la ciudad han liderado una discusión, los últimos años, sobre la conveniencia de que la ciudad tenga una draga propia, para que cuando se registre una disminución en el calado se asuma la solución de manera rápida, oportuna, y a bajos costos.

Año crítico

2020 es considerado, por entendidos en la materia, como uno de los años de mayor crisis para el puerto, especialmente porque un millonario contrato con una firma para el dragado del canal no dio los resultados esperados, generando una serie de críticas y señalamientos de parte de la dirigencia de la ciudad.

Se trata del contrato con el consorcio Shanghai-Ingecon, mediamente el cual se removerían 1.865.000 tros cúbicos de sedimentos que permitieran un calado mínimo de 10,2 metros para facilitar el ingreso y trabajo de las naves en el canal de acceso al puerto de Barranquilla.

Desde diciembre del año pasado, cuando terminó el contrato con dicho consorcio, se esperaba con expectativa una nueva draga, con mayor capacidad y cuyo contrato garantizara los resultados que permitieran óptimas condiciones de operatividad en la zona portuaria.

Cormagdalena y Findeter contrataron los servicios de la draga Bartolomeus Dias, de 148 metros de eslora (longitud total de la nave), propiedad de la empresa European Dredging Company, para que se encargue de la extracción del sedimento del fondo del canal durante tres meses, tiempo durante el cual se aspira a que se draguen 9 mil metros cúbicos de sedimento. El monto del contrato es de 13 mil 418 millones de pesos, y entre las condiciones se destaca que la draga puede operar en los puntos que más se necesiten.

La draga llegó a puerto el pasado 2 de febrero a las 6:00 de la mañana, sin embargo, por cuestión de trámites contractuales, como la reglamentación de documentos, permisos, pagos de impuestos, etc, la operación de dragado no ha iniciado aún. No obstante, se estima que a más tardar a finales de esta semana arranque el proceso de dragado en los puntos requeridos del canal.