Tiene 30 años y espera su cuarto bebé. Será el segundo que nazca en Colombia, su nueva patria, porque pronto tendrá la nacionalidad. Es venezolana y no sabe que su nombre significa ‘lluviosa’. Rainy Sierra habla con esperanza y optimismo: no habrá lluvia ni tempestad que trunque sus sueños de una vida mejor para ella y para sus hijos.
'Por mi embarazo me han ayudado con el carné de la EPS, con mis primeras ecografías y exámenes. He recibido paños para mi bebé, he recibido alimentación durante la cuarentena, recibí kits personales. Ellos me ayudaron a sacar el permiso de permanencia y me ayudaron con la cédula para mis padres', afirma Sierra.
Cuando dice 'ellos' se refiere al Centro Local de Atención a Migrantes, dependencia adscrita a la Secretaría Distrital de Gobierno que se encarga de acoger a miles de ciudadanos extranjeros, la gran mayoría venezolanos: Barranquilla es la tercera ciudad de Colombia receptora de población migrante proveniente de Venezuela, con lo que el 10% de su población ya es del país vecino.
'Ellos tienen que llegar a un solo punto y aquí reciben toda la orientación que tiene que ver con sus permisos de permanencia, con la atención en salud, educación, orientación y capacitación para generación de ingresos', explica el gerente de Desarrollo Social del Distrito, Alfredo Carbonell.
La población venezolana tiene un ánimo de permanencia en la ciudad, es decir, no están de paso. Se trata de colombianos retornados y ciudadanos venezolanos que, al escoger Barranquilla como ciudad de destino, demandan acceso a servicios y debe haber una respuesta coordinada de parte de las entidades del Gobierno distrital para responder a la dinámica migratoria.
'Aquí tenemos las puertas abiertas y hemos logrado una atención a todas las familias venezolanas, que en la mayoría de los casos necesitan de mucho apoyo', añade Carbonell.