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Al pasar por la iglesia San Roque es casi que imposible no alzar la mirada. Los altos campanarios, el estilo neogótico y la imponente fachada, llama la atención de los transeúntes que con curiosidad analizan la estructura y, entre ellos, comentan el 'mal estado' en el que se encuentra el templo que el 17 de enero de 1996 fue declarado Patrimonio Histórico Nacional.

Este templo se convirtió desde su fundación en un icono de Barranquilla, el cual carga una larga historia de devoción y fe; sin embargo, aunque las eucaristías nunca han dejado de realizarse, algunos parroquianos reportaron a EL HERALDO que los problemas por el deterioro son 'difíciles de erradicar' tanto por dentro como por fuera.

Diana Arbeláez, católica y feligrés de esta iglesia, afirmó que la situación es 'preocupante', pues –según ella– al momento de asistir a las misas se evidencia el deterioro que pone en riesgo, no solamente a los asistentes, sino también al mismo personal de la parroquia.

'Del techo se han caído pedazos, las paredes se han convertido en puro moho y humedad. La fachada ni se diga, se caen pedazos desde arriba que si ni Dios lo quiera le caen a alguien, podría ser fatal. Ojalá las autoridades intervengan en esto', dijo la feligresa.

Para los barranquilleros, este es un templo que 'merece ser rescatado', pues aunque actualmente se encuentra en malas condiciones, es un lugar que sigue siendo patrimonio para la capital del Atlántico.