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En El Prado ninguna casa se parece a la otra, eso tiene que ver con el criterio de exclusividad que hace más de un siglo se tuvo en cuenta para su construcción.

La exigencia fue igual en el uso de materiales para las obras, los cuales debían asegurar su duración. Quizás esa es una de las razones que dan cuenta hoy de su valor estético y arquitectónico. 

Así lo detalla el reglamento general de propietarios que reposa en el Archivo Histórico del Atlántico. En esos documentos también se habla de su relevancia histórica, al ser considerada la primera urbanización residencial de Colombia y la segunda de América Latina. 

La Ley General de Cultura de 2008, que obliga la protección especial de estos bienes, se cumplió con la firma de la resolución del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), justo en el aniversario 101 de El Prado.

Esta herramienta, que resguarda sus características patrimoniales, también establece acciones para la sostenibilidad de los bienes de interés cultural.